Las acciones del país norteamericano se enfrentan a caídas mucho más grandes que las que los pesimistas esperan y cabe la posibilidad de que el espectro de una recesión agrave su mayor pérdida anual desde la crisis financiera mundial. El estratega jefe de Morgan Stanley, Michael Wilson, menciona que las acciones pueden caer otro 22% desde los niveles actuales este 2023.
Según Wilson, aunque las estimaciones de ganancias corporativas siguen siendo altas y la prima de riesgo de las acciones está en su punto más bajo (desde el período previo a 2008), los inversores han sido pesimistas sobre las perspectivas de crecimiento económico. Esto sugiere que el índice bursátil S&P 500 podría caer mucho más allá de los 3500 a 3600 puntos estimados por el mercado en caso de una recesión leve.
También, advirtió que el índice referencia podría caer hasta 3.000 puntos. El experto indicó que «El consenso puede estar en la dirección correcta pero equivocado en la magnitud». Esta visión pesimista se debe al pico de inflación si bien favorecería a los mercados de bonos, por otro lado también podría ser «muy negativo para la rentabilidad».
Por otro lado, Goldman Sachs, grupo de banca de inversión de Estados Unidos, coincide en que las expectativas de ganancia son demasiado elevadas, mientras que la presión sobre los márgenes de ganancias, los cambios en las políticas de impuestos corporativos de EE. UU. y la probabilidad de una recesión podrían achicar el impacto positivo de la reapertura económica de China.