Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo.
Periodista: Reg.N°-4654-
Los fanáticos, radicales y sectarios del Socialismo Siglo XXI, desde su origen nunca NEGOCIAN, antes se valen de la bella DEMOCRACIA, para cumplir su objetivo falso de revolucionarios. Utilizan el instrumento democrático para perpetuarse en el poder. Léase, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, y otros países cuyo lideres componen una organización criminal.
El pueblo es un término muy apropiado de estos mercenarios de la política para prostituirlo. Si bien es cierto, la institucionalidad carece de perfección, y los ciudadanos pecan de cándidos a la manipulable verborrea gaseosa de la demagogia. Bien hizo el Jurado Nacional de Elecciones en el 2016 en rechazar la inscripción del MOVADEF, el ala fuerte del antes Sendero Luminoso porque sabían de donde provenía esta horda.
No sucedió lo mismo con Perú Libre, cuyo secretario general es el delincuente contumaz de Vladimir Cerrón, quien se inscribió ante el JNE camuflado de un partido democrático; y lo más lamentable que ganó las elecciones generales el 2021, con el camarada, Pedro Castillo Terrones, del cual resultado lo percibimos, y lo vivimos con incertidumbre.
El Socialismo, Comunismo, es una doctrina vetusta corrosivo que nunca ha dado resultados en ningún país del mundo; ejemplo de ella tenemos a la ex URSS. Hay que saber diferenciar gimnasia con magnesia como lo entendió Fidel Castro, que llegó con fusil, pero que vio en Che Guevara lo que es fracasar con armas frente a un campesinado sólido, reacio, también lo entendió Sendero Luminoso al fulgor de la indiferencia de los pobres. La derrota de Abimael Guzmán fue militar, policial y social, pero no en la política magisterial. Sólo es un recodo, dijo Guzmán el 12 de septiembre del 1992, cuando fue capturado por el GEIN. En 1998 se inicia las infiltraciones, con liberados terroristas bajo nuevas ESTRATEGIAS y reincidentes desde la legalidad, los rábanos abrieron vías. Si se cree que el Foro de Sao Paulo es inmortal como un discurso de Salvador Allende, no sabe nada de política. La izquierda extremista suele encender pequeños fuegos que enchufan y hacen incendio, hacen aparecer pomposamente como masivo lo ralo. La política para ellos es magia, y chisme. No existe reparos. Le contaron al mejor estilo básico la obra de Maquiavelo, que les sirve para su menú; fraude, mentira; populismo, miedo, y la compra de conciencia.
Cuando el inmaculado, Cerrón, dice que el poder es todo y el gobierno una ilusión, repite a Mao. Los demócratas, por su parte, tiene una desventaja moralmente justificada; el escrúpulo, la confianza en las negociaciones con el objetivo de llegar a la gobernabilidad esa que se abre a la institucionalidad como fin común. Para los otros es ganar tiempo.
Ante lo esgrimido esta semana se juega el bienestar de vuestro país, la RAZÓN y la EMOCIÓN VIOLENTA, del gobierno de Castillo ante 51 carpetas investigadas con elementos de convicción por el Ministerio Público, quien acorrala al presunto líder de una organización criminal. Esperemos un triunfo democrático dentro de los cánones del orden constitucional.