Investigadores de la Clínica Cleveland de Ohio analizaron 364 estudios que datan desde 1990 y descubrieron que el aumento de las temperaturas globales y los fenómenos meteorológicos cada vez más agresivos han aumentado el riesgo de accidentes cerebrovasculares, demencia y esclerosis múltiple.
Investigaciones anteriores demuestran que los veranos más largos y las temperaturas más altas suponen un mayor estrés para el corazón. El cuerpo tiene que esforzarse más para mantenerse fresco y bombear la sangre a los distintos órganos. Y las pruebas demuestran que cuando se respira la contaminación, ésta también se filtra en el torrente sanguíneo. Este estrés crónico en el cuerpo aumenta el riesgo de trastornos cerebrales y enfermedades neurológicas.
El autor principal del estudio publicado en la revista American Academy of Neurology, el doctor Andrew Dhawan, de la Clínica Cleveland, declaró: “El cambio climático plantea muchos retos a la humanidad, algunos de los cuales no están bien estudiados”. Y añadió: “Mientras presenciamos los efectos de un planeta que se calienta en la salud humana, es imperativo que los neurólogos se anticipen a cómo pueden cambiar las enfermedades neurológicas”.
Cuando se expone a climas más cálidos, el cuerpo se deshidrata, ya que necesita más agua para compensar la que se pierde a través del sudor. Incluso una deshidratación leve puede provocar dolores de cabeza y migrañas. Según la Clínica Cleveland, el cerebro se encoge cuando está deshidratado, alejándolo del cráneo y ejerciendo presión sobre los nervios, lo que provoca dolor.
Un estudio reveló que una temperatura media más alta en el día anterior a acudir al hospital aumentaba los dolores de cabeza en un 7,5%. Los investigadores seleccionaron 364 estudios sobre adultos publicados entre 1990 y 2022, en los que se analizaba la relación entre los problemas de salud y los cambios de temperatura, los fenómenos meteorológicos extremos y la contaminación atmosférica.
Los fenómenos meteorológicos extremos y las fluctuaciones de la temperatura se relacionaron con la mayor frecuencia e intensidad de los accidentes cerebrovasculares, el aumento de las migrañas, la hospitalización de pacientes con demencia y el empeoramiento de la esclerosis múltiple.
Según el estudio, el cambio climático favoreció las condiciones más cálidas y propicias para las enfermedades que afectan al sistema nervioso, como la meningitis, la encefalitis o la poliomielitis. Lo que significa en nuevas poblaciones con mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por animales e insectos, como el virus del Nilo Occidental, la meningitis meningocócica y la encefalitis transmitida por garrapatas.
No obstante, el estudio no reflejó por qué la demencia o la esclerosis múltiple pueden empeorar con el cambio climático, aunque dichas enfermedades podrían deberse más a la edad avanzada de las personas y su condición más frágil a sufrir enfermedades durante el calor o el frío. Asimismo, factores externos como sus condiciones de vida serían en parte la causa de estos padecimientos.
Cerebro: Afectado por el Clima
Se pudo constatar que el cerebro sería mucho más susceptible a los cambios de temperatura debido al estrés adicional que este sufriría, convirtiéndolo en un órgano vulnerable a sufrir enfermedades como la demencia.
En esa línea, padecer esclerosis múltiple ralentiza las señales nerviosa, por consiguiente, al verse el ser humano expuesto a altas temperaturas provocaría que este ralentización sea incluso mucho mayor.
Al respecto, un estudio realizado a más de tres millones de pacientes de Medicare en Nueva Inglaterra descubrió que los aumentos de temperatura de 1,5°C provocaban un aumento del 12% en los ingresos hospitalarios de los enfermos de demencia.
En ese sentido, otro estudio sobre más de 22000 visitas a urgencias por cefaleas demostró que un aumento de la temperatura de 5°C estaba vinculado a un mayor riesgo de sufrir cualquier tipo de cefalea, sobre todo no migrañosa.
Las razones de estos cambios no estaban claras, pero los investigadores especularon que podrían deberse a los cambios de temperatura, el colapso del ecosistema, la exposición a la contaminación atmosférica y la inseguridad alimentaria. El cuerpo percibe los cambios de temperatura como estrés, lo que conlleva a desarrollar enfermedades.
En esa línea, los investigadores mencionaron que este tipo de enfermedades también podría deberse a que el cambio climático provoca más contaminación atmosférica, lo que a su vez provoca un envejecimiento acelerado del cerebro y las arterias.
En el caso de las enfermedades neuroinfecciosas emergentes, como el virus del Nilo Occidental, la meningitis meningocócica y la encefalitis transmitida por garrapatas, el cambio climático amplió las condiciones favorables más allá de las zonas geográficas tradicionales, destacando que estas enfermedades, transmitidas por animales e insectos, suponen un riesgo en nuevas poblaciones.
En ese aspecto, no hay consenso sobre las razones por las que el cambio climático puede tener un efecto sobre los accidentes cerebrovasculares, pero dos estudios descubrieron que las temperaturas más frías provocan un aumento de los accidentes cerebrovasculares.
Los investigadores encargados afirmaron que podría deberse a que las temperaturas más frías aumentan la constricción de los vasos sanguíneos, lo que propiciaría un corte al flujo de sangre y oxígeno a partes del cerebro. El calor extremo también puede hacer que las personas vulnerables sufran accidentes cerebrovasculares.
Finalmente, es importante considera que una limitación de la revisión fue que todos los estudios se realizaron en países ricos, lo que significa que los resultados no son aplicables a las regiones más pobres, donde los cambios climáticos pueden ser más probables.