Orlando Zagazeta o más conocido como el ‘hombre mono’ tiene 72 años y vive solo. Su única compañía es la madre naturaleza y los animales. Recientemente, recibió un reconocimiento de personaje del Bicentenario de la región San Martín por su labor extraordinaria de recuperar la flora y fauna de toda la selva peruana.
En medio de la selva, tiene una cabaña rústica donde vive junto a sus animales rescatados. Para llegar a su centro de rescate es todo una travesía, pues tienes que cruzar catorce veces el río Shilcayo, pasar por zonas de piedras resbalosas, y si llueve, se dificulta más el camino. Sin embargo, en su centro de rescate encontró una razón para sobrevivir.
En el año 2006, Orlando decidió crear el Centro de Rescate y Rehabilitación de animales Silvestres (Cerelias) en Yurimaguas. Luego, se trasladó al sector Tamushal, dentro del Área de Conservación Regional Cordillera Escalera, ubicado a tres kilómetros de Tarapoto, una zona de difícil acceso.
Antes de la llegada de la Covid-19, su vida cambió por completo. Antes tenía que bajar a Tarapoto para cortarse el cabello, comprar algunos víveres y pagar la mensualidad de la universidad de su hija. Ahora, pese a su edad y los riesgos de la pandemia, ya no realiza esto tan seguido. Además, Orlando no come ni pescado ni carne y esto se debe a que no hay refrigeradora en lo alto del monte. Es por ello que, prefiere comer carne de soya mezclada con atún.
Cuando Orlando llegó a la Cordillera Escalera era una «selva desierta». «Acá hacían droga en la década de los 80. Cuando viene la Administración de Control de Drogas (DEA) con el ejército, comenzaron a bombardear con pesticidas a las plantas de los cocales y contaminaron la tierra”, resalta.
Por ello, Orlando decidió arreglar la zona que habita, fertilizando la tierra y brindando un habitad adecuado para que los animales gocen de su libertad. Desde el 2009, ha reinsertado a más de 1500 animales en el área de conservación de la Cordillera Escalera. Sin embargo, no recibe a animales que no sean de la zona, puesto que dificulta su reinserción al no encontrar especies de su mismo género.
“Por experiencia, he visto que los monos se van solos, no necesariamente en grupo. Ellos se van a buscar una familia. Yo trato que ellos puedan reinsertarse en la selva, no depender de mí. Algunos se sienten listos y ya no vuelven”, sostiene.