Por Ricardo Zedano
Tras la avalancha «informativa» promovida por Occidente en torno a la operación militar especial que Rusia inició y lleva a cabo hasta el día de hoy en Ucrania, la opinión pública ha constatado que el nivel de desinformación ha llegado a tales extremos, lo que la obliga a buscar fuentes de información alternativas a las occidentales que están al servicio de los grandes capitales.
En este sentido, las redes sociales independientes, las que están fuera del control de los que manejan a su antojo las ya existentes, tergiversando la verdad, ocultándola, censurando la información que no responde a los intereses de las élites políticas occidentales, que con tal sevicia se ha ensañado contra Rusia tras el colapso de la Unión Soviética, son una fuente alternativa de información para los que no creen más en las patrañas de las potencias occidentales.
Según Andrei Afanasiev, destacado periodista internacional ruso, en Ucrania a través de Telegram, por ejemplo, es posible hablar todo lo que se quiera contra Rusia en el marco de la libertad de expresión.
“Esto [la libertad de expresión] no es posible en Occidente. Hay solo una posición que es correcta, según las élites [políticas occidentales], y la otra posición, por ejemplo, la mía, será bloqueada, inmediatamente”, declaró Afanasiev en un encuentro online con periodistas latinoamericanos, que tuvo lugar hace unos días mediante la citada plataforma, que destaca como medio de información democrático.
Las afirmaciones del periodista ruso pueden ser constatadas haciéndose el intento de obtener noticias en la red de Internet, procedentes de medios informativos rusos sobre lo que ocurre en torno a la operación militar especial de Rusia en Ucrania. Valga como ejemplo de medios rusos bloqueados, la cadena de televisión Russian Today entre otros.
Afanasiev añadió que es necesario crear más redes sociales independientes para transformar el mundo informativo unipolar en uno multipolar, hablando la verdad para combatir lo que el diablo [Occidente] difunde en contra de Rusia y en contra de cualquier otro país que se resista a su voluntad, para combatir a la civilización post-cristiana, anticristiana, que impone su modo de pensar y vivir mediante métodos híbridos.