Un trastorno está compuesto por síntomas y signos que tiene una persona que está viviendo un inconveniente en su desarrollo en el ámbito laboral, académico, familiar o social. Por ello, se considera al TDAH como un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la inatención, la impulsividad y la hiperactividad.
El TDAH no es una enfermedad, sino un conjunto de rasgos que perduran a lo largo de la vida de algunos niños, adolescentes y adultos. Sin embargo, con un tratamiento apropiado cada individuo puede desarrollar sus actividades de manera normal.
«La detección temprana del TDAH es fundamental, ya que de acuerdo al diagnóstico se realizará un trabajo articulado e interdisciplinario con el colegio, pues no estamos hablando de que el niño tiene un déficit cognitivo o un problema de comprensión o aprendizaje, sino que necesitará apoyos diferentes que ayudará a tener un aprendizaje regular», mencionó la psicóloga Luisanet Delgado, del Centro de Salud Mental Comunitaria (CSMC) La Victoria.
Características
En el ámbito de inatención, a los niños se les hace complicado prestar atención a los detalles al realizar sus tareas y les es difícil seguir indicaciones por lo que no se organizan correctamente.
En los aspectos de hiperactividad e impulsividad, los infantes se mueven nerviosamente, no regulan sus emociones, no pueden estar quietos en un solo lugar, presentan conductas temerarias e interrumpen constantemente a sus compañeros.
“Con un tratamiento integral, el soporte familiar, la evaluación del pediatra, del psiquiatra, si lo demanda el caso, y de un psicólogo con formación psicoterapéutica en este tipo de casos, el niño podrá desarrollarse de manera regular”, explicó la psicóloga Luisanet Delgado, del Centro de Salud Mental Comunitaria (CSMC) La Victoria.