El cambio climático afecta la probabilidad y la duración de los conflictos armados en África.

El estudio asegura que los continuos aumentos de temperatura y precipitaciones aumentan de cuatro a cinco veces la probabilidad de conflicto fuera del área afectada.

En África la escasez de alimentos causada por la sequía aumenta el potencial de conflicto, especialmente si la escasez de agua persiste durante al menos tres años.

El cambio climático afecta la probabilidad y la duración de los conflictos armados en África. Así surge de un estudio realizado por un equipo del Instituto INGENIO (Instituto para la Gestión del Conocimiento y la Innovación), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en colaboración con la Universidad de Roma y la Universidad de Urbino Carlo Bo. Sus hallazgos fueron publicados en el último número de la revista Economía Política.

Para su estudio, el equipo se basó en datos del continente africano desde 1990 hasta 2016. Mediante la aplicación de un modelo matemático de regresión binomial negativa, evaluaron si fenómenos climáticos más específicos, junto con las características socioeconómicas de las regiones estudiadas, afectan la probabilidad de que estalle o no un conflicto y, en el caso de que lo haga, su duración.

Entre sus conclusiones, el estudio asegura que los continuos aumentos de temperatura y precipitaciones aumentan de cuatro a cinco veces la probabilidad de conflicto fuera del área afectada, especialmente en la población de las zonas afectadas en un radio de unos 550 km.

Por otro lado, el trabajo también concluyó que, en África, la escasez de alimentos causada por la sequía aumenta el potencial de conflicto, especialmente si la escasez de agua persiste durante al menos tres años. Por el contrario, la precipitación excesiva provoca conflicto, pero por un período de tiempo muy corto.

Implicaciones para las políticas de adaptación

“Los resultados que hemos obtenido tienen implicaciones de gran calado para las políticas territoriales del continente africano. Por ejemplo, los cambios en las condiciones climáticas influyen en la probabilidad de conflictos en grandes extensiones, lo que implica que el diseño de las políticas de adaptación climática debe atender a las particularidades de cada territorio”, apunta Davide Consoli, investigador del Instituto INGENIO y uno de los autores del estudio.

Del mismo modo, el equipo de INGENIO, la Universidad de Roma y la Universidad de Urbino también demuestran que la violencia continua requiere la implementación de estrategias de adaptación al cambio climático diseñadas con acciones de fortalecimiento sostenible para el mantenimiento de la paz, particularmente en áreas propensas al conflicto armado.

“Estas medidas son imprescindibles en el diseño e implementación de estrategias de adaptación para la resiliencia climática. De hecho, las intervenciones de adaptación mal diseñadas pueden agravar las desigualdades existentes e incrementar el riesgo de conflictos”, señaló Consoli.