En su búsqueda por las instalaciones policiales y militares, así como la Fiscalía, se cruzó con Angélica Mendoza de Ascarza, quien llevaba un año preguntando por su hijo Arquímedes, secuestrado una madrugada de su vivienda por efectivos del cuartel Los Cabitos. Se juntaron con otras mujeres y formaron la Asociación de Familiares de Secuestrados-Desaparecidos del Perú (Anfasep).
Semanas después, Lidia halló la ropa que su esposo usaba el día que desapareció, en la quebrada de Moyorina. Recuerda que entonces aparecían cadáveres con huellas de tortura en parajes como Puracuti e Infiernillo, entre otros lugares.
“Su pantalón agarré, a la vista los perros habían comido, estaba todo roto. Su chompa estaba sanito, crema era, pero estaba amarrado. Sus manos, su ojo habrá amarrado. Su calaverita estaba, sus huesitos que ha sobrado de los perros. Su ropa, su pelo, todo he recogido”, refiere.
En esos años no existían pruebas de ADN ni otras tecnologías modernas en el país, y a Lidia solo le quedaba confiar en que se trataba de su esposo, que no le hubieran intercambiado la ropa con otro detenido, como contaban algunas personas que pudieron salir del cuartel luego de crueles torturas.
En un cajoncito envuelto con tela, lo enterró a escondidas en un rincón del cementerio de Huamanga. El 2013 recién lo sepultó de forma oficial, tras exhumarse e identificarse sus restos científicamente.
Su caso es uno de los 17 restos de detenidos vinculados a Los Cabitos cuya identidad ha sido establecida plenamente, pero el universo es mucho mayor.
El coordinador de las Fiscalías Especializadas de Derechos Humanos, Daniel Jara, precisa que de los 109 restos exhumados entre el 2005 y 2008 en la zona de La Hoyada, ubicada junto al cuartel, solo 57 era cuerpos completos, de los cuales 14 se identificaron.
Señala que el escaso presupuesto que les otorgan para ese fin impide cumplir las metas programadas. Por ejemplo, el año pasado solo lograron adquirir el 40% de los insumos solicitados para el trabajo de identificación, con lo que se pudo determinar la filiación de más de 250 restos a nivel nacional, entre ellos las víctimas de las matanzas de Santa Bárbara y Accomarca.
Nuevas exhumaciones
Jara explica que se ha formado un equipo especial en Ayacucho, liderado por el fiscal Yúber Alarcón, quien estará a cargo de las exhumaciones que hoy se reinician, pero esta vez al interior del cuartel. La primera etapa será en la zona conocida como “chanchería”, ubicada en la parte de atrás del cuartel, cerca de la puerta trasera, por donde hay una trocha que lleva a La Hoyada.
La diligencia durará aproximadamente dos meses y comenzará con la limpieza de maleza, cactus y arbustos. Y la próxima semana se delimitarán los lugares precisos donde se realizarán las excavaciones, que estarán a cargo del Equipo Forense Especializado (EFE) del Instituto de Medicina Legal.
En la segunda etapa se hará una intervención en el Polvorín, donde hace unos años se halló un cuerpo, que se identificó como el del Bruno Pérez Melgar, un joven detenido en 1983 por efectivos militares.
Muchos desaparecidos
La Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas tiene registrados 398 casos documentados de detenciones vinculadas a Los Cabitos cometidas entre 1983 y 1985, los que han puesto a disposición del Ministerio Público. La información recopilada a través de diferentes fuentes indica que se trata de personas intervenidas por elementos del orden, policías o militares, que terminaban siendo llevados al cuartel.
Adicionalmente, cuentan con una base genética de más de un centenar de familiares, que podría ayudar en la identificación de los restos ya exhumados y los que se encuentren en la nueva diligencia.
La tarea no será fácil, sin embargo, a pesar de los años transcurridos, los familiares no pierden la esperanza de encontrar a sus desaparecidos, y poder, al fin, darles un entierro digno.
El dato
Si tiene información que ayude a encontrar a las personas detenidas que habrían desaparecido en Los Cabitos, llame a la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Teléfono 204-8020, anexos 2921 y 2923.