CUANDO LOS CÓDIGOS QR SON UN PUENTE PARA LA ESTAFA Y ROBO CIBERNÉTICO.

Si bien estos códigos nos facilitan tiempo y acceso en diversas actividades de nuestra vida diaria, también presenta ciertos riesgos como la exposición a hackers cibernéticos.

Los códigos QR son herramientas que pueden ser utilizadas por los cibercriminales para apoderarse de nuestros datos, tomar el control de nuestro dispositivo y más. (Foto: GettyImages).

Por lo general, los códigos QR no pretenden ser un problema para el público, debido a que con el empleo de esta tecnología podemos gestionar diversas actividades que nos hace ahorrar tiempo. Podemos hacer de todo, pero lamentablemente delincuentes cibernéticos aprovecharían hasta el mínimo error para acceder a información privada de usuarios o tomar el control de nuestros equipos.

De acuerdo a una entrevista realizada a Sol González, investigadora de seguridad de la compañía ESET Latinoamérica, señala que por motivo de que estos códigos son de gran versatilidad y acciones que se pueden realizar, las posibilidades para un ataque cibercriminal es sumamente amplio. Esto sin contar su más amplia gravedad si lo encontramos en restaurantes, comercios, hoteles, bares; entre otros.

Y es que, los códigos QR al presentarse o insertarse a “un simple URL, pueden ser modificadas para redireccionar a un usuario a otra página web con fines maliciosos”, aseguró la investigadora. Estos links podrían traer consigo algún software malicioso y seríamos unas víctimas más del phishing.

Lo que se recomienda o aconseja es el tratar de diferenciar estos códigos QR malicioso, a través del enlace al cual se nos dirigirá y al momento de escanear el código debemos verificar que la URL a la que se ingresará sea la original. Si se piensa descargar un archivo .apk o .jar, tendríamos que detenerlo automáticamente, debido a que podría tratarse de un código sospechoso. 

Asimismo, González recomienda utilizar la aplicación oficial llamada Google Lens para identificar códigos QR, donde también se puede verificar la URL antes de abrirla, para así evitar una invasión a la seguridad y privacidad.

Fuente: El Comercio.

B. R. P.