Un equipo de científicos del Bioastronautics and Space Mechatronics Research Center (BIO&SM) que lo integran médicos e ingenieros de Perú, México y Estados Unidos, diseñaron el denominado sistema mecatrónico T-EVA (Temperature for extravehicular activities) que contiene unos sensores ubicados estratégicamente en puntos anatómicos debajo del traje espacial y un brazalete inteligente para advertir algún cambio brusco de temperatura en la parte superior del cuerpo de los astronautas, mientras se encuentren en misiones espaciales.
Y es que, la comunidad científica prepara al hombre para que llegue a Marte y regrese a la Luna como parte de algunos proyectos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), por esto se sabe que las temperaturas diurnas en Marte se acercan a las temperaturas regulares de invierno en la Tierra, los cuales pueden llegar hasta los 0 grados Celsius, de acuerdo a la agencia espacial. Y esto puede variar con el transcurso de las horas. Por otro lado, la temperatura en la luna es aún más extrema debido a que no tiene atmósfera y puede llegar a los -184 grados Celsius durante la noche y 214 grados Celsius en el día.
Con estos cambios bruscos y nuevos de temperatura, resulta bastante importante y conveniente implementar nuevas tecnologías que faciliten un buen proceso de las misiones espaciales y generar, a su vez, la comodidad y bienestar de los astronautas.
El ingeniero mecatrónico peruano y director del grupo de científicos de este proyecto, José Cornejo Aguilar, explicó que este nuevo sistema se podría aplicar en actividades extravehiculares en el espacio o en misiones análogas en la Tierra. Mientras tanto, se tiene previsto que se realicen pruebas en el Mars Desert Research Station (MDRS), un espacio terrestre que simula las condiciones del “planeta rojo” y es considerado uno de los principales hábitats de simulación para misiones análogas ubicado en el desierto de Utah, Estados Unidos.
¿CÓMO FUNCIONA EL SISTEMA MECATRÓNICO?
El investigador principal del proyecto T-EVA, Paul Palacios Paredes, precisó que el diseño conceptual fue el resultado de una investigación multidisciplinaria sobre los componentes como los sensores y microcontroladores que podrían ser parte del sistema. Y es que, el dispositivo a emplearse tiene seis sensores ubicados en el pecho, brazo y frente del cuerpo, estos se comunican entre sí para realizar lecturas cada 30 segundos para así detectar los cambios homeostáticos debido a la temperatura.
A su vez, el prototipo electrónico ya demuestra un avance, como también los diseños de cápsulas que contendrán los sensores. Lo que por el momento se busca mejorar es el prototipo del brazalete que mostrará la medición de la temperatura al astronauta, el cual notificaría en simultáneo a la estación base en la Tierra.
Luego de realizarse las pruebas en laboratorio, se planea comenzar las mediciones de temperatura por siete días durante la misión análoga en Utah, programado para el 2023 y los datos serán almacenados por períodos de horas durante una semana.
Por último, también se considera que el traje integre un sistema de calefacción y enfriamiento. “A través del monitoreo constante de los parámetros de temperatura en el astronauta, se planea que el sistema mecatrónico de control pueda enfriar o calentar su cuerpo, dependiendo de las condiciones a las cuales esté sometida en los diferentes ambientes espaciales. Si existe un cambio de temperatura brusco, el cuerpo tiene un desbalance fisiológico, a nivel anatómico o celular”, enfatizó el ingeniero Cornejo.
Sin duda, este proyecto es uno de los más innovadores y ambiciosos del cuerpo científico y tecnológico en donde compatriotas buscan el reconocimiento a su labor y desempeño en pro de contribuir con el estudio y determinación espacial; y es que el proyecto T-EVA presentará la investigación en el European Lunar Symposium, organizado por la NASA y es uno de los seleccionados por The Mars Society, ganando así reconocimiento mundial.
Fuente: Andina.
B. R. P.