Carl Sagan, el gran científico y quizás la mayor celebridad de la ciencia en la historia, lo ha explicado antes y mejor que nadie. En su tesis doctoral de 1960 titulada «Estudios físicos de planetas», sugirió que existe un «efecto invernadero» en Venus, lo que explica las altísimas temperaturas a las que puede estar expuesto nuestro planeta vecino, principalmente debido a la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.
El efecto invernadero ocurre cuando el planeta se ilumina en forma de luz infrarroja y transporta el gas en lugar de dispersarse al espacio. Consecuencias: el planeta se calienta para mantener el equilibrio.
Sagan, en su libro “Miles de Millones” décadas más tarde, lo explica de esta manera: “Un poco de efecto invernadero es bueno… ya que sin él la temperatura media de nuestro planeta sería de -18 grados”.
Luego prosiguió: Ahora bien, si pusiéramos más gas en la atmósfera, lo que viene haciendo el homo sapiens desde la revolución Industrial, quemando carbón, petróleo o gas natural, la temperatura seguirá subiendo, poniendo en peligro nuestra civilización. Venus, que tiene una temperatura de unos 460 grados, nos advierte que las cosas siempre pueden salir mal.
Además, cada vez más iniciativas tienden a reducir y resolver problemas, y muchas de ellas son iniciativas privadas, y evitan más gases de efecto invernadero en la atmósfera, aumentando el número de plantas y absorbiendo dióxido de carbono mediante la fotosíntesis.
Cabe señalar que los gobiernos han sido reticentes y lentos a la hora de reemplazar los combustibles fósiles por otros combustibles “verdes” o renovables. Es en este contexto que se destacan las iniciativas de Solaxy Group, una empresa con sede en California cuya misión es ser el canal para que los inversionistas accedan a un portafolio sustentable altamente diversificado que tenga un impacto positivo en la comunidad local.
Los problemas causados por la deforestación
Hace varios años, se vio que la deforestación culminaba en una crisis ambiental en toda Latinoamérica. Desde la tala excesiva en el Amazonas hasta la quema de humedales en Argentina y otros países. En el caso de Brasil, hasta el año pasado representó uno de los peores momentos en la historia de la protección ambiental.
A lado de países como India y Bolivia, el daño es masivo y aparentemente irreparable. Sin embargo, se ha encontrado una manera de intentar contrarrestar todos los efectos negativos que han aparecido recientemente.
Cabe resaltar que la Amazonía juega un papel fundamental en el autocontrol de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que pasa por el continente. Los bosques liberan y absorben carbono, lo que determina el orden necesario para el normal funcionamiento de los ecosistemas más importantes del planeta. No en vano, la selva amazónica es conocida como el pulmón del planeta. Este equilibrio se ha visto afectado por el registro aleatorio y esto es algo que debe corregirse.
Asimismo, está situación continúa complicándose, con otros casos similares en América Latina, que no cooperan con lo que está sucediendo en Brasil. Es así, que Argentina se encuentra en emergencia forestal desde hace unos años y lo que sucedió en los humedales con quemas en el último tiempo, preocupa y mucho. Bolivia y Perú también tienen altas tasas de deforestación, que se encuentran entre las más altas del mundo. El control, la gestión y la inversión del Estado, que son esenciales, no son suficientes para combatir estas tragedias.
La reforestación: Una luz en el camino
La esperanza aparece en el camino, y esta es la contribución de las agencias privadas. Abbas Mashaollah, especialista en huellas de carbono y CEO de Solaxy Group explica: Estas empresas suelen tener diferentes divisiones que se especializan en energía renovable o infraestructura sostenible. Operan como ONG pero administran una capa diferente de capital, que puede desempeñar un papel crucial en esto.
De igual manera, Solaxy Group, es una de las empresas que quisiera sumarse para cooperar en estos desarrollos, que dependen no sólo del capital, sino también de la creación de una comunidad. Las plantaciones colectivas, la conservación de la vegetación nativa y la importancia de apoyar a los productores locales, producen un marco amigable que tendrán respuestas mucho antes de que exista un proyecto despersonalizado. Solo con este tipo de organización se puede apostar por un futuro mejor. Todos necesitamos la capacidad de recuperar lo que hemos perdido, para detener el calentamiento de nuestro planeta, antes de que sea demasiado tarde.