La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha resaltado los esfuerzos de las comunidades indígenas de Perú y otros países de la cuenca amazónica para proteger sus bosques y combatir la deforestación que amenaza el medio ambiente.
En una publicación reciente, la FAO señaló que los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del planeta: 80 % de anfibios, 75 % de aves y 68 % de mamíferos. Además, cubre el 31% de la superficie terrestre.
Sin embargo, la deforestación y la degradación forestal continúan ocurriendo a un ritmo alarmante, contribuyendo a la actual pérdida de biodiversidad, puesta en evidencia por el escenario del covid-19 y las limitaciones que implica.
Según el informe de la FAO El Estado de los Bosques 2020, América del Sur perdió 2.6 millones de hectáreas de bosque cada año en el período 2010-2020, la segunda tasa más alta del mundo (después de África).
Además, la restauración y la conservación de la biodiversidad está en la parte central del trabajo de la FAO en materia de bosques. Las mujeres Kariña en Venezuela, las especies invasoras en Chile y Argentina, y el trabajo con pueblos indígenas en la Amazonía peruana son algunos ejemplos a destacar.
De igual manera, la Amazonía tiene una superficie de unos 6,8 millones de km2 y es compartida por ocho países y un territorio (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela). Alberga el 53 % de la selva tropical y proporciona servicios ecosistémicos esenciales a más de siete mil millones de personas en el planeta.
Sin embargo, existen diferentes factores que ejercen una fuerte presión sobre los bosques de la región. Siendo así que solo en el 2000 y el 2013 se obtuvo una pérdida de bosque de 4.7%, y acorde con las proyecciones él 40% de la cobertura boscosa del bioma se habrá perdido para el año 2050.
La amenaza a este bioma es significativa y los esfuerzos globales para conservarlo también lo son. El proyecto IAPA coordinado por la FAO, trabaja para fortalecer el sistema nacional de áreas protegidas de los países amazónicos y operen coordinadamente a nivel regional.
Las comunidades nativas de la Amazonía del Perú
En Perú, la FAO monitorea el bosque de la comunidad para combatir la deforestación y apoya el fortalecimiento de capacidades de la población indígena para fortalecer las habilidades de dos organizaciones nacionales y 13 organizaciones indígenas locales de la Amazonía peruana. Esto es gracias a la implementación del director forestal y el comité de gestión.
Asimismo, se desarrollaron programas radiales en 5 provincias de la Amazonía (Condorcanqui, Atalaya, Satipo, Alto Amazonas, Moyobamba) incluyendo micronovelas y entrevistas a representantes indígenas regionales, y de esa manera apoyar en la gestión sostenible de los bosques.
Para complementar este esfuerzo, se apoyó el desarrollo de protocolos participativos para integrar los enfoques de los pueblos indígenas en los módulos de monitoreo del Sistemas Nacional de información Forestal y de Fauna Silvestre, y crear propuestas de financiamiento sostenible para las actividades de vigilancia comunitaria.
En otros países
La FAO está trabajando con el Estado de Venezuela para desarrollar un proyecto con la Comunidad Indígena Kari´ñaen en la Reserva Forestal Imataca, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente(GEF). Se trata de un enfoque de género orientado a la preservación de la biodiversidad, la gestión forestal sostenible y la mitigación del cambio climático.
Con el apoyo del Ministerio de Ecosocialismo, el proyecto se destaca por el compromiso con el comanejo como política pública, a través de la asignación directa de una concesión forestal a las comunidades indígenas Kari´ña.
Por otro lado, en Argentina y en Chile, la FAO con apoyo del gobierno y financiamiento del GEF, está trabajando en estrategias para facilitar el desarrollo de políticas públicas para reducir el impacto de la invasión biológica en la biodiversidad, la cultura, la economía y la salud.
Las especies invasoras son plantas, animales o microorganismos que se han movido más allá de los límites de su área de distribución natural y están tratando de establecerse y prosperar en el nuevo entorno que han introducido, causando impactos severos en los ecosistemas naturales y productivos.
Finalmente, entre las especies se contempla a los castores, caracoles gigantes africanos, algas didymo, el tamarisco, las ranas toro y el ligustro, se están considerando para detección temprana y el control precoz de especies exóticas invasoras marinas a través de proyectos piloto.