Chile a orillas del Estrecho de Magallanes busca consolidarse como puerta de entrada a la Antártida con un centro destinado al desarrollo científico, la cooperación internacional y el turismo.
Dicen que en los viveros del Instituto Antártico Chileno (INACH), en la sureña ciudad de Punta Arenas, crecen plantas que recrearán el tipo de bosque que hace mucho tiempo habitó lo que hoy llamamos continente blanco. Son los parientes vivos más cercanos de esta especie.
«Los bosques antárticos fueron precursores de los que hoy gobiernan parte de Chile. Muchas especies vegetales vienen de allí y tienen ese ancestro común con Nueva Zelanda y Australia”, relata el paleobotánico Marcelo Leppe, director del INACH, en entrevista con DW. «Hay una diversidad biológica que la gente no conoce”, comenta.
Se comenta que el bosque contará con distintas figuras a escala natural de animales que habitaron en la Antártida y dinosaurios, esa será una de las mayores atracciones del futuro Centro Antártico Internacional (CAI), que se construirá en Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes.
Este es un espacio de transmisión para los visitantes, que también incluye un acuario, un planetario, un espacio museístico y experiencias como la sala de recreación del clima antártico, pero también es el hogar de la ciencia. Es una idea que tienen en mente desde hace décadas y responde a una necesidad nacional e internacional, además, cada vez más países pasan por Punta Arenas para llegar a la Antártida.
El Ministerio de Obras Públicas de Chile acaba de lanzar el proceso de licitación para que empresas constructoras chilenas y extranjeras postulen. El proyecto tiene una superficie total de 33 mil metros cuadrados y con una inversión de más de 80 millones de dólares, y se inaugurará en 2026.
Por otro lado, está super inversión del gobierno regional también ha traído críticas. El director del Instituto Antártico Chileno, Marcelo Leppe, reconoce que se trata de un gasto importante «para un país que tiene muchas carencias y necesidades, pero también es una apuesta por el futuro”.
Además, señaló que en la región como Magallanes, que ha dedicado toda su historia a la explotación de recursos como el gas, el petróleo o los bosques, es un desafío buscar alternativas sustentables de desarrollo.