La continua observación o rastreo al cielo y más allá de esta, nos sigue sorprendiendo, con la obtención de nuevos datos sobre astros un tanto desconocidos y sorprendentes.
El universo en su infinita, pero incierta totalidad, es un destino bastante impresionante y diverso en cuanto a cada aspecto de ella, Expertos en la materia están en continua observación de diferentes fenómenos o indicios que se pueda suscitar en el cielo, donde se obtiene datos o imágenes particulares mediante modernos instrumentos astronómicos, como es en el caso de las estrellas.
Es así que, en los astros se puede encontrar algún tipo de novedad en cada movimiento que este realice, sea de menor o mayor alcance, durante su trayectoria por la denominada vía láctea. En algunos de estos, se considera que es un poco difícil de rastrear debido a distintas razones, como el de su lejanía o posición en recónditos lugares del espacio.
Con un reciente descubrimiento, podemos decir que no es del todo así. Una excepción de la anterior premisa es la J20395358+40222505, una estrella supergigante azul, que se traslada en la Vía Láctea con una velocidad impresionante y que cuenta con una temperatura de unos 24 000 grados Kelvin.
De acuerdo a Artemio Herrero Davó, catedrático universitario en Astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias, en un artículo para la plataforma digital The Conversation; alega que dicho astro emite unas 300 veces más de energía por unidad de superficie que el Sol. Esto se podría determinar debido a la enorme masa que tenga donde le permite alcanzar temperatura suficiente para que sus reacciones nucleares desarrollen mayor energía. Precisamente, cuando esta energía decide salir, su temperatura es, todavía, de miles de grados, motivo por el cual le da ese color azul que lo distingue de otros astros.
J20395358+40222505 es una estrella masiva, considerablemente masiva por sus 46 masas solares y se encuentra oculta en una nube de gas y polvo llamado Cygnus-X, en la región de formación estelar masiva intensa de la Vía Láctea, en su cercanía.
¿A qué se debe su velocidad de traslado?
Según las pruebas realizadas por el investigador Davó, al obtener el espectro del J20395358+40222505, se sorprendió de sobremanera debido a que este astro mostraba una velocidad radial de unos 60 km/s, cosa que no es fácil. Su explicación puede resultar en la presencia de una “compañera”, donde su influencia gravitacional ayude a que ese astro azul supergigante pueda movilizarse a gran magnitud, la cual también debería tener una similitud en masa. No obstante, aún no se la puede encontrar.
Aún así, este astro azul continúa en constante observación y seguimiento por parte del equipo liderado por el catedrático español, con el fin de comprobar diversas hipótesis con respecto a su particularidad e importancia durante su paso cercano a la Tierra.
B. R. P.