Mediante 250 instantáneas de podrá admirar sus obras, revistas y escritos personales.
Este sábado Sao Paulo, da la bienvenida a la primera exposición en Latinoamérica con uno de los más reconocidos en la fotografía contemporánea global, Daido Moriyama, mediante 250 instantáneas se podrá admirar sus obras y un centenar de escritos particulares.
Su inclinación por el teatro experimental desde 1960, hasta su pasión por las ciudades pasando por el proceso de occidentalización de Japón, el fotoperiodismo y el erotismo de la era Provoke, la muestra «Daido Moriyama: una retrospectiva» conoce puntos clave del recorrido del fotógrafo, quien a sus 83 años continúa retando los estándares de la fotografía mundial.
«Uno de sus intereses es mostrar cómo la fotografía es un arte de reproducción del mundo y no necesita tener un estilo propio (…) Él incluso dice que cuanto más banal, cotidiana y próxima del público, más democrática es la fotografía», menciona en una entrevista con Efe el comisario de la muestra, Thyago Nogueira.
Desde hoy hasta agosto los invitados podrán abismarse en los experimentos de Moriyama, en los años 1960, con los registros de la efervescencia de la cultura en una Japón manifiesto por la destrucción ocasionada por la segunda guerra mundial, la occidentalización del país y la ocupación estadounidense.
Por otra parte, la exposición ofrece trazos de las incursiones de Moriyama por el periodismo, que culmino por comprender que la «construcción de la imagen en el fotoperiodismo es una construcción ficticia» y que esta usa una narrativa para «reforzar ciertas ideologías y visiones de mundo».
En tanto, no tardó para que el fotógrafo desarrollara «un estilo muy propio, que es sombrío, nocturno, con las imágenes muy oscuras y los granos de plata muy visibles», comentó el comisario.
Más allá de las 250 imágenes que constituyen la muestra, las personas que asistan podrán conocer la esencia de Moriyama a través de libros, escritos personales, revistas que descubren las referencias detrás de sus obras, las reflexiones de sus escritos y el poder de las fotos y la fuerte crisis depresiva y creativa que marco su labor en la década de los 70.
El amor de Moriyama por la vida urbana le llevó a cosechar miles de kilómetros y retratar la vida en lugares como Tokio, Sao Paulo, París, Londres, Nueva York, Buenos Aires y Marrakech, entre muchas otras.
Si bien su obra es ajena a etiquetas, en sus más de seis décadas de carrera Moriyama recopiló un lenguaje fotográfico único que, sobre todo, plantea ser democrático y de acceso universal.
K.E.T