El proyecto ha sido rechazado por varios gobiernos por el daño que puede generar, además estudios nacionales e internacionales afirman que el costo del proyecto es mayor que el beneficio.
El presidente Pedro Castillo se reunió con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro. El encuentro de esta dupla no hace más que generar preocupación y zozobra a ambos lados de la frontera porque, como países hermanos, muchas veces se comparte el mismo río, las mismas culturas y la Amazonía con todos sus valiosos recursos. Además, dentro de ambos territorios fronterizos aún transitan, como hace muchos siglos, los pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario.
Tras el encuentro de dichos presidentes se ha puesto en agenda nuevamente la priorización binacional de la conexión terrestre Cruzeiro do Sul (Acre) y Pucallpa (Ucayali). Si bien la necesidad de desarrollo de nuestras fronteras es innegable, esta debe llegar con sostenibilidad, respetando siempre las culturas y territorios de los pueblos y las áreas naturales protegidas.
Esta conexión y el proyecto de ley que la prioriza ha sido ya analizada en múltiples ocasiones, desde el año 2003, aproximadamente. El último intento se dio por el Congreso de la República, durante el Gobierno del presidente Francisco Sagasti, quien observó esta propuesta por los daños que generaría para nuestro país, y devolvió la iniciativa al Congreso para su archivo.
Este proyecto que esta en agenda amenaza con volver a ver lo ocurrido con el proyecto Interoceánica, no solo por los altos niveles de corrupción sino por todo aquello que hizo perder: miles y miles de hectáreas deforestadas; se recuerda además que esta vía favoreció el crecimiento imparable de actividades ilegales tan letales como la minería, la trata de personas, el sicariato y la muerte de los defensores ambientales.
La carretera que nuevamente se pone en agenda amenaza comunidades nativas y atraviesa un importante corredor de biodiversidad del Parque Nacional Sierra del Divisor, que incluye el hogar de pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario, y el Área de Conservación Regional (ACR) Alto Tamaya-Abujao.
Se han realizado múltiples estudios nacionales e internacionales que evidencian con certeza que esa carretera “nos costará más de lo que nos beneficiará” y será otro elefante como la Interoceánica, pero tenemos que jugar siempre a perdedor.
Con este proyecto le quitarán al país sus recursos y afectarán la biodiversidad, será que la historia se inclina más a la repetición de Odebrecht, será que la inmediatez del beneficio de algunos seguirá costándonos nuestro patrimonio cultural.