Este martes se publicaron las primeras imágenes de Tonga tras la explosión de un volcán que provocó una serie de desastres, entre ellas la caída de las comunicaciones. En estas fotos se puede ver que el archipiélago ha quedado devastado, cubierto por cenizas y con graves daños producidos por las marejadas. El único medio con el que cuentan para comunicarse son los teléfonos satelitales que a veces su señal es irregular.
Según lo reportado, el humo del volcán alcanzó una altura de 30 kilómetros, lo cual generó que se produjeran cenizas, gas y lluvia ácida en una zona muy amplia del Pacífico. La cifra de víctimas por la tragedia, sin embargo, aún es desconocida, aunque autoridades neozelandesas han confirmado dos muertes en la isla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó este martes a través de un comunicado que su delegado local, el médico Yutaro Setoya, está encauzando las comunicaciones entre las agencias de la ONU y el gobierno de Tonga”.
“El teléfono satelital del doctor Setoya es una de las pocas fuentes de información”, señaló el organismo que precisó que la señal del médico es inestable, lo que está ocasionando que esté a la intemperie.
Asimismo, el organismo indicó en su cuenta de Twitter que en Tongatapu, la principal isla de Tonga, hay 50 casas destruidas y 100 con daños. Además advirtió que las emanaciones del volcán generan temores de que haya contaminación del agua y los alimentos.
The Government of #Tonga responded swiftly & deployed a naval vessel to the Ha’apai islands carrying the @WHO-trained Tonga Emergency Medical Assistance Team. The gov’t has advised the public to remain indoors, use masks if going out & to drink bottled water due to the ashfall.
— World Health Organization (WHO) Western Pacific (@WHOWPRO) January 18, 2022
Las imágenes satelitales muestran que el volcán submarino ubicado al norte del archipiélago volvió a estar sumergido y sólo emergen dos pequeños islotes de lava.
“Lo que vimos por encima del mar, que ahora ya fue arrasado, fue sólo la punta del volcán que emergió desde una enorme estructura submarina”, explicó la experta Heather Handley, de la Universidad de Monash.
Señal de auxilio
Los organismos de emergencias reportaron “grandes daños” en Tonga tras la erupción, aunque se desconoce aún el panorama completo ya que la pista del aeropuerto sigue anegada de rocas que impiden el aterrizaje de un avión militar C-130 australiano.
La capital de Tonga Nuku’alofa fue cubierta por dos centímetros de ceniza volcánica y polvo. Los sistemas telefónicos internos, por su parte, fueron restaurados, pero la comunicación internacional continúa interrumpida.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que el malecón de la capital está “muy dañado con piedras y escombros arrastrados tierra adentro por el tsunami”. Además, indicó que los vuelos de reconocimiento confirmaron “daños sustanciales a propiedades” en las islas Mango y Fonoi.
“Una señal activa de auxilio fue detectada en Mango”, indicó OCHA. La isla tiene unos 30 pobladores, según el censo de Tonga.
En tanto, dos biólogos mexicanos quedaron atrapados en Tonga aunque están fuera de peligro, mientras el gobierno y su familia buscan cómo sacarlos, señaló el ministerio mexicano de Relaciones Exteriores.
Estructuras afectadas
El Centro de Satélites de la ONU mostraron imágenes donde muestran el impacto de la erupción y del tsunami en la pequeña isla de Nomuka, una de las más cercanas al volcán Hunga-Tonga-Hunga-Ha’apai.
Australia y Nueva Zelanda, que enviaron aviones de reconocimiento Orion para sobrevolar la zona, alistaron cargamentos de ayuda para Tonga.
El ministro de Defensa de Nueva Zelanda, Andrew Bridgman, precisó que el agua es una de las prioridades, ya que se presume que las fuentes puedan estar contaminadas.
La Cruz Roja informó que enviará 2.516 contenedores de agua y Francia, que tiene varios territorios en la Polinesia, prometió enviar ayuda “urgente” para el pueblo de Tonga.
Las principales agencias de rescate han dicho que están paralizadas, sin poder contactar a su personal local. Katie Greenwood, de la delegación regional de la Cruz Roja, mencionó que “Por las pocas actualizaciones que tenemos, la magnitud de la devastación podría ser inmensa”
Cabe mencionar que incluso cuando puedan iniciarse los esfuerzos de ayuda, estos podrían verse complicados por las restricciones de entrada por covid-19.