El expresidente del Perú, Alejandro Toledo Manrique, se opuso el pasado 15 de octubre del presente año a la solicitud que tuvo las autoridades de Estados Unidos para que pueda volver a estar en prisión mientras que se resuelva de manera definitiva la extradición a tierras peruanas, esta podría tardar más de 8 meses.
Asimismo, su abogado Graham Archer, solicitó al juez Thomas Hixson que Toledo Manrique se quede en arresto domiciliario por su estado de salud no es el óptimo. Alegando que en el mes de julio sufrió una decaída.
“En julio sufrió una caída traumática y sufrió una compleja fractura del hombro derecho, que requirió una cirugía mayor y la sustitución de la articulación por una prótesis de titanio. Sigue necesitando un régimen cuidadosamente supervisado de tratamiento del dolor y fisioterapia para recuperar la función de su extremidad superior derecha”, sostuvo.
En la misma línea, el letrado mencionó que la esposa del economista sufre de artrosis degenerativa de cadera por lo que es necesario que necesite una operación de suma urgencia. “Durante el periodo de recuperación tras la operación, dependerá de la ayuda del Dr. Toledo para realizar las actividades básicas de la vida diaria”, sentenció.
Finalmente, añadió que sería riesgoso que vuelva a prisión por el contagio masivo que existe en el país norteamericano. “No cambia el hecho de que el Dr. Toledo es un hombre de 76 años de edad en mal estado de salud que sigue corriendo un gran riesgo de morir a causa del COVID-19 si se le devuelve la custodia”, concluyó.