Daniel Ortega, presidente de Nicaragua desde enero del 2007, mantiene bajo presión a la prensa de su país con la intención de silenciar las críticas de los comunicadores hacia su catastrófico gobierno dictador.
Ortega ordena detenciones arbitrarias, amenazas de muerte y encarcelamientos precarios durante meses que en situaciones extremas obliga a los periodistas huir fuera del país para salvar sus vidas.
El canal 15, un sitio televisivo por cable salió del aire por las constantes amenazas de muerte del mandatario, el mismo destino tuvo el periódico “El Nuevo Diario” que publicó denuncias hacia la presidencia por delitos de corrupción y también tuvo que retirarse.
Cansados de las intimidaciones por no poder ejercer su profesión, el 17 de julio del 2014 alrededor de 60 periodistas protestaron frente a la sede principal de la Policía Nacional. Sin embargo, en el mismo mes, reporteros que cubrían otra manifestación fueron agredidos por motociclistas, días atrás otro periodista dijo haber sido embestido, pero no recibió ayuda.
La periodista Lucía Pineda Ubau, fue detenida en 2018, cuatro días antes de la Navidad, junto a su colega Miguel Mora y fueron acusados de “terrorismo”. Pasó 41 días encarcelada en una prisión de alta seguridad para luego ser derivada a una cárcel de mujeres, un lugar donde las condiciones fueron “infrahumanas”.
Depredadores de la prensa
Para el director de la Red Internacional de Derechos Humanos de Ginebra, Ramón Muñoz, es “lamentable que el gobierno nicaragüense haya expulsado a los órganos internacionales de los DDHH y además se negara a contestar las cartas y comunicaciones que las distintas Relatorías han emitido sobre la situación electoral, la libertad de expresión y prensa”.
Una vez presentado el informe de la Alta Comisionada se espera que en marzo se pueda generar un mecanismo parecido a lo sucedido con Venezuela, con lo que se podría revisar la situación de forma más precisa.
Actualmente Daniel Ortega es considerado en la lista de “depredadores de la libertad de prensa”, donde lo acompañan Nicolás Maduro y Jair Bolsonaro, quienes muestran una presión similar contra cualquier periodista que intenta difundir información de su territorio en la que se vean implicados.
L.R.N.
