El secretario general de la ONU, António Guterres, abrió este martes la Asamblea General de la organización haciendo sonar la señal de «alarma» ante un mundo que «nunca ha estado tan amenazado ni tan dividido». El mundo debe despertar. Estamos al borde de un abismo y moviéndonos en la dirección equivocada”, dijo Guterres a los líderes internacionales reunidos en New York.
El diplomático portugués presentó un sombrío análisis de la coyuntura internacional, marcada a su juicio por la falta de unión en la respuesta a la pandemia, los pocos avances en la lucha contra el cambio climático, las crecientes desigualdades y las crisis en países como Afganistán, Yemen y Etiopía.
Estas crisis globales, han sacado a relucir grandes problemas como la falta de solidaridad, el egoísmo, la corrupción y la enorme desigualdad que están disparando la desconfianza y la desesperanza entre los ciudadanos, apuntó Guterres.
El mundo «aprobó el examen de ciencia», pero tiene un desaprobado en «ética».
En lo que respecta a la pandemia, Guterres denunció la «obscenidad» y un fracaso ético que supone a los países ricos que ya han inmunizado la mayoría de su población, mientras más de un 90 por ciento de África espera aún su primera dosis. Guterres volvió a reclamar ante los líderes internacionales un «plan global de vacunación» y que estas lleguen al 70 por ciento de la población mundial en la primera mitad de 2022.
La pandemia y el acceso a las vacunas se perfila como uno de los temas clave de esta edición de la Asamblea General de la ONU, que arrancó este martes en Nueva York y que continuará hasta el próximo lunes con la presencia de un centenar de mandatarios de todo el mundo.
L.R.N.