Mujeres con bebés en brazos, familias completas, jóvenes enfadados tratando de ocultar sus rostros para escapar de las cámaras al bajar de los autobuses, son unas de las imágenes que se logran ver debido a la deportación de algunos de los haitianos que acampaban bajo un puente en la frontera entre México y Estados Unidos.
“Me gasté unos 10.000 dólares para hacer el viaje desde Chile hasta los EE. UU”, comentó un deportado a un medio local, el hombre, quien no dijo su nombre, calificó de “muy difícil” lo vivido.
Esto tras intentar ingresar al país que este domingo empezó a deportar a decenas de los haitianos retenidos en un campamento improvisado bajo un puente en la localidad de Del Río, al sur de Texas, tras un cruce masivo en la frontera.
Aunque “todo el mundo sueña con vivir en Estados Unidos” su idea era llegar hasta Canadá. “No voy a esperar una semana para volver. Vuelvo a Chile, donde tengo la residencia permanente. No puedo quedarme aquí”, añadió.
DEJAR UN PAÍS POR OTRO
Un total de 208 haitianos que intentaban entrar ilegalmente a Estados Unidos fueron devueltos este domingo a Haití, informó a Efe una fuente oficial del Gobierno, en un contexto sociopolítico y económico marcado por una aguda crisis.
Ya han llegado dos vuelos, declaró a Efe Jean Négot Bonheur Delva, coordinador de la Oficina Nacional de Migración. Según el funcionario “Son personas que han intentado entrar en Estados Unidos a través de sus fronteras con México. Se trata de personas que vivían en Chile, México, Panamá y Brasil”, añadió.
Estas personas han salido de países latinoamericanos en los que estaban legales para entrar ilegalmente en Estados Unidos. “Están abandonando estas zonas. Quieren volver a Estados Unidos”, dijo.
EN BUSCA DE UNA VIDA MEJOR
Este año, con el aumento de los secuestros, la creciente inseguridad, el asesinato del presidente del país, Jovenel Moise, en julio y el terremoto del 14 de agosto, cientos de miles de haitianos han abandonado el país en busca de una vida mejor en otros lugares ante la indiferencia de las autoridades.
En los últimos meses, México se ha convertido en el lugar ideal para los haitianos con la esperanza de cruzar a Estados Unidos. Entre los países a los que se dirige la última oleada migratoria está también República Dominicana, que comparte con Haití la isla La Española.
SITUACIÓN DE DESAMPARO
Varios profesores han abandonado las escuelas, universitarios los estudios y los médicos los hospitales para rehacer su vida en otro lugar.
“Puedes ver en qué estado se encuentra el país. Es la situación de desamparo la que hace que la gente no quiera quedarse. Haití no les ofrece ninguna oportunidad”, añadió Bonheur Delva a Efe.
Los que se quedan son, los que no tienen los medios adecuados para salir del país y, por otro lado, están los que aún se resisten, creyendo que algún día puede mejorar la situación. “Las oleadas de deportaciones pueden empeorar nuestra situación como pueblo”, afirma Bonheur, recordando que 2,5 millones de haitianos viven con menos de un dólar al día.
Haití vive actualmente una nueva crisis humanitaria, la mayoría de los deportados dicen que no tardarán en abandonar el país. Los que tienen documentos legales de Chile, Brasil y México prometen emprender vuelo en los próximos días.
L.R.N.