Se ha publicado el primer archivo de 16 páginas que detalla cómo un trabajador del consulado saudí en los Estados Unidos ayudó a los secuestradores del 11 de septiembre. Este muestra que los secuestradores se pusieron en contacto con socios saudíes, aunque no prueba por sí mismo la complicidad del gobierno saudí.
El mencionado archivo contiene un resumen de una entrevista de 2015 entre los investigadores del FBI y un hombre que tuvo contacto frecuente con ciudadanos saudíes en los EE. UU. quien apoyó a algunos de los secuestradores antes de los ataques.
Los investigadores dijeron que el sujeto brindó «apoyo logístico significativo» a varios de los secuestradores. Hasta el momento, su identidad ha sido censurada, pero se indicó que había trabajado en el consulado saudí en Los Ángeles, mientras solicitaba la ciudadanía estadounidense en ese momento.
La implicancia de Arabia Saudita
Durante mucho tiempo, Arabia Saudita ha negado cualquier participación en los ataques y acogió con satisfacción la orden del presidente como un medio para «poner fin a las acusaciones infundadas contra el Reino de una vez por todas».
En 2004, el informe oficial del gobierno de EE. UU. no encontró ninguna evidencia que implique al gobierno saudí como institución o de altos funcionarios sauditas financiaran los ataques que Al Qaeda planeó, aunque señaló que las organizaciones benéficas vinculadas a Arabia Saudita podrían haber desviado dinero al grupo.
La especulación sobre su participación ha persistido desde que surgió que 15 de los 19 atacantes eran ciudadanos saudíes, mientras que Osama Bin Laden, el líder de Al-Qaeda en ese momento, nació en una familia poderosa en el reino.
Jim Kreindler, abogado que representa a las familias de las víctimas, dijo en un comunicado: Los hallazgos y conclusiones de esta investigación del FBI validan los argumentos que hemos presentado en el litigio sobre la responsabilidad del gobierno saudí en los ataques del 11 de septiembre.
Este documento, junto con la evidencia pública recopilada hasta la fecha, proporciona un plan de cómo (al Qaeda) operaba dentro de los EE. UU. Con el apoyo activo y consciente del gobierno saudí.
La otra evidencia a la que se refirió incluye a funcionarios sauditas hablando por teléfono con agentes de Al-Qaeda y teniendo reuniones «accidentales» con los futuros secuestradores.
L.P.C.
