Personas con discapacidad logran tener un lugar en el activismo medioambiental

Las personas con discapacidad logran encontrar su lugar en el movimiento ambiental utilizando alternativas para manifestarse.

Se trata de tres personas. La primera es Cécile Lecomte, quien llegó a Bayreuth, Alemania, con la finalidad de pasar un semestre en el extranjero. En ese momento, la francesa vio de cerca los transportes nucleares en el país y decidió unirse al movimiento antinuclear. Ella, sufre de artritis reumatoide, enfermedad que inflama las articulaciones, amenazando con destruirlas para siempre.

En segundo lugar, se encuentra la geógrafa Sasha Kosanic, quien padece de discapacidad física, la cual, se encuentra investigando las consecuencias del cambio climático en personas con discapacidad. Al respecto, ha dicho que “su labor no es solo llenar un vacío en la investigación científica, sino también informar a políticos y activistas sobre cuál es el siguiente paso para dar a comprender los efectos del cambio climático”.

Lo mismo con León Müller, quien vive en Renania del Norte – Westfalia. En su caso, llama la atención de las personas por su silla de ruedas eléctrica y el aparato respirador que lleva. Finalmente, Samuel Flach de 29 años, quien también cuenta con una silla de ruedas, es parapléjico y se ha involucrado en el activismo medioambiental hace mucho tiempo.

L.P.C.C.