Los grafitis del artista Muelle, primer grafitero de España e influencia para muchos artistas callejeros a lo largo de los años, fueron subastados por la casa Durán, en Madrid el 26 de mayo pasado.
De esta manera, 15 obras del artista español fueron subastadas con precios entre 1 600 y 6 000 euros. Sin embargo, una de sus obras, donde aparece su firma en colores cálidos en un fondo azul y en el fondo edificios de la capital de España llegó al precio de 17 000 euros en la subasta.
Por otro lado, entre los compradores de las obras de Juan Carlos Argüello, verdadero nombre de Muelle, estuvo el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, que adquirió una obra realizada en 1993, momento en el que el artista dejó el arte callejero y empezó obras abstractas de gran fuerza y magnetismo, donde empleó manchas de colores.
Asimismo, Fernando Argüello, hermano de Muelle, fue el que estuvo custodiando las obras de su hermano y el que finalmente se las dio a la casa Durán, luego de mucho tiempo. La acción de Fernando supuso un debate, pues aunque él estuvo de acuerdo en darlas para que se subasten, el doctor en Historia del Arte, Fernando Figueroa, piensa que no estuvo bien.
“Es una pena que la familia haya llegado a este extremo cuando veló celosamente durante tantos años por evitar la disgregación o mercantilización de su legado. Posiblemente, haya una necesidad imperiosa que justifique este cambio de actitud o haya sucumbido a los cantos de sirena de gente con visión comercial que promete una promoción de la figura de Muelle a cambio de pequeños sacrificios”, mencionó al diario El País.
Para finalizar, el artista se hizo muy conocido durante la llamada Movida Madrileña. Aparte de ser un artista callejero, también era baterista en una banda. Falleció a los 29 años a causa de cáncer, y su obra fue conservada hasta ahora.
A.M.F.S.