El Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, acusó el jueves a las tropas azerbaiyanas de cruzar su país, en una nueva escalada de tensiones meses después de un mortal conflicto de violencia en Nagorno-Karabaj.

“Esta es una infiltración subversiva”, indicó Pashinyan en una reunión extraordinaria de su consejo de seguridad, según un comunicado oficial. Acusó a Azerbaiyán de intentar “sitiar” el lago Sev, que es compartido por los dos países, y dijo que el ejército del país había respondido a la “invasión” con “maniobras tácticas apropiadas”.

Bakú rechazó tales acusaciones y las calificó como “provocadoras”, El Ministerio de Relaciones Exteriores declaró: “Los guardias fronterizos están tomando posiciones que pertenecen a Azerbaiyán en los distritos de Lachin y Kalbajar”. Azerbaiyán, agregó que “está comprometido a aliviar las tensiones en la región y pide medidas en esta dirección”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido a las tropas azerbaiyanas “que se retiren de inmediato”.

Francia copreside el Grupo de Minsk, junto con Estados Unidos y Rusia, cuyo objetivo es encontrar una solución pacífica al conflicto entre los dos países por la región de Nagorno-Karrabakh.

Washington dice que están “siguiendo de cerca” la situación. “Entendemos que la comunicación entre las partes está en curso e instamos a la moderación para reducir la situación de manera pacífica”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en Twitter.

El Kremlin aseguró que Vladimir Putin “enfatizó la necesidad de cumplir estrictamente” el acuerdo de tregua alcanzado en noviembre, durante una llamada telefónica el viernes por la mañana con Pashinyan. “El presidente de Rusia reafirmó el compromiso de Rusia con una mayor mediación activa y contactos cercanos con Ereván y Bakú, con el fin de garantizar la estabilidad en la región”, se lee también en el comunicado.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, había dicho anteriormente que Sergey Lavrov había hablado por teléfono con su homólogo azerbaiyano Jeyhoun Baeramov sobre “el deterioro de la situación”. La lectura de Moscú de la llamada dice que los dos ministros enfatizaron la “necesidad de una estricta observancia del alto el fuego”.

Las tensiones entre los dos países han estado latentes desde el final de una guerra en la década de 1990 por Nagorno-Karabaj. El estallido del año pasado fue el más violento observado en décadas, con un conflicto de 44 días que dejó 5.000 muertos y decenas de miles de desplazados. El conflicto terminó en noviembre con una tregua negociada por Rusia, que obligó a Armenia a ceder un territorio significativo a Azerbaiyán, lo que a su vez provocó llamados a una importante agitación política en Ereván.

M.A.N.