Los dueños del inmueble en donde se encuentra el Consulado Honorario de Jamaica en Lima, han solicitado vía notarial- hace varios meses al cónsul honorario, Julio César Barrenechea Gamio, que lo desocupe al vencerse el contrato el 31 diciembre del ¡2019!
En respuesta, el “honorable” cónsul dejó de pagar el arrendamiento desde hace dos años –que ascendía a 2.500 dólares-. El propio cónsul que también es abogado redactó una adenda al contrato inicial que si no se retiraba el 31 de diciembre de 2019, a partir del 1 de enero de 2020 la merced conductiva sería de 4.000 dólares.
A la fecha debe todo el 2020 y lo que va del 2021. Ahora exige que el arrendador le pague 80.000 dólares por las mejoras efectuadas en el predio, ubicado en la calle Guillermo Marconi 349, San Isidro. Ello a pesar de que en el contrato está establecido que cualquier arreglo o modificación estará por cuenta del arrendatario. A ello se sumaría que tampoco se solicitó al propietario efectuar las mejoras al predio.
La Dirección General de Comunidades Peruanas en el Exterior y Asuntos Consulares, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo del entonces embajador Jorge Méndez Torres Llosa, estuvo al tanto del problema –que se hizo público en dos medios de comunicación- a principios de marzo del año 2020, pero la pandemia impidió citar tanto al cónsul de marras, como al propietario del predio.
Esperemos que ahora el nuevo director, embajador Vitaliano Gallardo Valencia, tome cartas en el asunto y ponga en vereda al cónsul honorario, que con su actitud desprestigia al sector consular. Si el tema tiene que ir a juicio, debe ir, pero la Cancillería –ante el escándalo- debe revocar el reconocimiento a ese cónsul honorario, si no cumple con sus obligaciones al arrendatario.
