El Ministerio de Salud señala que los decesos han aumentado en las personas de entre 30 y 39 años en casi un 90%, cifras que nos dirían que, a partir de esta segunda ola, las personas vulnerables ya no son solamente los adultos mayores.
Por su parte, desde Ayacucho, el presidente Francisco Sagasti subrayó la terrible situación que vivimos a consecuencia de la pandemia del coronavirus. “Estamos en el pico de la segunda ola y realmente es terrible lo que está sucediendo”, expresó.
Los números corroboran lo dicho por el mandatario, pues, según señala el analista Rodrigo Parra, hasta el 19 de abril se han registrado 1,872 fallecidos en el citado grupo etario. “Y si vemos por fechas: durante la primera ola fueron 1,013 (defunciones) y en la segunda ola 859”. En otras palabras, en estos pocos meses transcurridos del año ya ha fenecido casi el 85% del total de la primera ola.
¿Las razones?
Parra menciona que, si bien la variante brasileña es la causa del aumento de casos y muertos en todos los rangos de edad, el grupo de 30 a 39 ha sido el más afectado, mientras que el aumento de fallecidos en sujetos de 40 a 59 años bordea el 30 % y de 60 a más años casi un 17%.
Asimismo, el médico infectólogo y presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), Augusto Tarazona, indica que “ya se tienen datos más fuertes de que la variante P1 (brasileña) afecta con intensidad también a los jóvenes” y que, en este grupo de jóvenes adultos fallecidos por COVID-19, se ha observado un factor de riesgo significativo: la obesidad.
Entretanto, su colega Juan Villena, manifiesta que existe la posibilidad que la variante P1 sea más agresiva, pero como esto aún no ha sido afirmado, considera que el aumento de muertes se también sería consecuencia del colapso de los servicios de salud. “Las personas no logran atenderse. Hay más gente muriendo en sus domicilios».
La ley del vivo
Sin embargo, un tema en el que Tarazona y Villena armonizan es que oro componente que nos ayudaría a entender el crecimiento de casos y por ende las muertes, es el incumplimiento de las normas de bioseguridad: uso de mascarilla, distanciamiento social y correcto lavado de manos.
«Los jóvenes se están descuidando más que antes», indica Villena. Y en ese marco, Tarazona especifica que si bien este grupo etario no suele ser parte de fiestas COVID, sí lo hace en reuniones de trabajo, almuerzos o salidas. «Media hora conversando y sin mascarilla. Ahí hay otro punto de transmisión».
J.H.C.P.