Discurso del presidente Biden durante la Sesión de Apertura de la Cumbre Virtual de Líderes sobre el Clima
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Buenos días a todos nuestros colegas de todo el mundo, a los líderes mundiales que participan en esta cumbre. Les transmito mi agradecimiento. Como saben, su liderazgo en este tema es un mensaje para el pueblo de sus naciones y para los pueblos de todas las naciones, sobre todo para los jóvenes, de que estamos preparados para hacer frente a este momento. Y hacer frente a este momento implica mucho más que preservar nuestro planeta; también requiere asegurar un futuro más auspicioso para todos nosotros.
Por eso, cuando las personas hablan sobre el clima, yo pienso en puestos de trabajo. Dentro de nuestra respuesta climática se ha incorporado un motor extraordinario de creación de empleo y oportunidades económicas que está listo para ser puesto en marcha. Por tal motivo, he propuesto que se realice una inversión gigantesca en infraestructura e innovación estadounidenses para aprovechar la oportunidad económica que plantea el cambio climático a nuestros trabajadores y a nuestras comunidades, en particular a aquellos que en general han quedado excluidos y relegados.
Me interesa construir, quiero construir una infraestructura crítica para la producción y la implementación de tecnología limpia, la que podamos aprovechar hoy y la que inventemos mañana.
He hablado con los expertos y advierto que hay posibilidades de un futuro más próspero y equitativo. Las señales son inequívocas. La ciencia es irrefutable. Y el costo de la inacción sigue aumentando.
Estados Unidos no está esperando. Estamos actuando, no solo desde el gobierno federal sino también en nuestras ciudades y estados en todo el país, lo que incluye a pequeñas y grandes empresas, grandes corporaciones y trabajadores estadounidenses en todas las áreas.
Veo una oportunidad de crear millones de puestos de trabajo bien remunerados, de clase media y con protección sindical.
Veo a trabajadores montando miles de millas de líneas de transmisión para una red limpia, moderna y resiliente.
Veo a trabajadores cubriendo cientos de miles de pozos petroleros y gasíferos abandonados que necesitan ser saneados, y minas de carbón abandonadas que deben ser regeneradas, poniendo freno a las fugas de metano y protegiendo la salud de nuestras comunidades.
Veo a trabajadores del sector automotriz construyendo la nueva generación de vehículos eléctricos, y a electricistas instalando en todo el país 500.000 estaciones de carga en nuestras carreteras.
Puedo ver a los ingenieros y trabajadores de la construcción construyendo nuevas plantas de captura de carbono y de hidrógeno verde para generar acero y cemento de manera más ecológica y producir energía limpia.
Veo a agricultores aplicando herramientas de vanguardia para convertir al suelo de nuestra Patria en la próxima frontera en la innovación relacionada con el carbono.
Al mantener esas inversiones y poner a trabajar a esas personas, Estados Unidos traza la senda que llevará a reducir a la mitad los gases de efecto invernadero para fines de esta década. Allí es hacia donde nos dirigimos como nación, y esto es lo que podemos hacer si actuamos para construir una economía que no solo sea más próspera, sino también más saludable, justa y limpia para todo el planeta.
Como saben, estos pasos ubicarán a Estados Unidos en la senda hacia una economía con cero emisiones netas como máximo para 2050. Pero lo cierto es que Estados Unidos representa menos del 15 % de las emisiones mundiales. Ninguna nación puede resolver esta crisis por sí sola, y sé que ustedes entienden esto muy bien. Todos nosotros, y especialmente quienes representan a las mayores economías, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos.
Quienes actúen y hagan inversiones audaces en su población y en un futuro de energía limpia obtendrán los buenos empleos de mañana, y conseguirán que sus economías sean más resilientes y competitivas.
Les propongo empezar esa carrera, alcanzar un futuro más sostenible que el que tenemos ahora y superar la crisis existencial de nuestra época. Sabemos cuán importante es esto porque los científicos nos dicen que esta es una década decisiva. Esta es la década en la que debemos tomar decisiones que impidan que ocurran las peores consecuencias de una crisis climática. Debemos intentar que la temperatura de la Tierra no aumente más de 1,5 grados Celsius.
En un mundo en el que la temperatura aumente más de 1,5 grados Celsius serán más frecuentes e intensos los incendios, las inundaciones, las sequías, las olas de calor y los huracanes que devasten nuestras comunidades, arrebaten vidas y medios de subsistencia y profundicen los graves impactos para nuestra salud pública.
Es algo innegable, la idea de aceleración y la realidad que llegará si no nos ponemos en acción. No podemos resignarnos a ese futuro. Tenemos que actuar, todos nosotros.
Y esta cumbre es nuestro primer paso en el camino que vamos a recorrer juntos, Dios mediante, hasta y durante el evento de Glasgow en noviembre y en la Conferencia Climática de la ONU —la Conferencia sobre el Cambio Climático— para encaminar al mundo hacia un futuro seguro, próspero y sostenible. La salud de nuestras comunidades en todo el mundo depende de esto. El bienestar de nuestros trabajadores depende de esto. La solidez de nuestras economías depende de esto.
Los países que ahora realicen acciones decisivas para crear las industrias del futuro serán los que reciban los beneficios económicos del auge de la energía limpia que se avecina.
Estamos reunidos en esta cumbre para deliberar acerca de cómo cada uno de nosotros, cada país, puede fijar metas climáticas más ambiciones que, a su vez, generen empleos bien remunerados, promuevan las tecnologías innovadoras y ayuden a los países vulnerables a adaptarse a los impactos climáticos.
Tenemos que ponernos en acción. Y tenemos que hacerlo rápido para responder a estos desafíos. Los pasos que den nuestros países desde ahora y hasta el evento de Glasgow prepararán al mundo para el éxito en el objetivo de proteger los medios de subsistencia a nivel mundial y limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados Celsius. Debemos tomar la senda ahora para poder lograrlo.
Si lo hacemos, respirar será más fácil, literalmente y en sentido figurado; podremos crear buenos empleos aquí en el país para millones de estadounidenses y sentaremos una base sólida para el crecimiento en el futuro. Y ese también puede ser el objetivo de ustedes. Este es un imperativo moral y un imperativo económico; atravesamos un momento de peligro pero, a la vez, un momento de posibilidades extraordinarias.
Hay poco tiempo, pero creo que podemos hacerlo. Y confío en que vamos a hacerlo.
Gracias por ser parte de la cumbre. Gracias a las comunidades… a los compromisos que han asumido y a las comunidades de las que provienen. Que Dios los bendiga.
Y estoy ansioso por los avances que podemos hacer juntos hoy y en lo sucesivo. Realmente no tenemos opción. Tenemos que hacerlo.