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El asesinato de los ocho mártires del periodismo

La Dra Recavarren manifestó que se deben de investigar a fondo la los hombres de prensa no quede impune.

La Dra. Isabel Recavarren Malpartida, Directora de la CEFIAL-UE y del medio “Panorámica Latinoamericana UE”, nos cuenta sobre la dolorosa perdida de colegas del periodismo, ellos se encontraban cumpliendo su labor con una marcada pasión por conocer, entender y divulgar, esto ocurre en una comunidad quechua llamada Uchuraccay ubicada en las alturas de la provincia de Huanta en Ayacucho, a 4,000 metros sobre el nivel del mar.

El 26 de enero de 1983 fueron asesinados los periodistas Eduardo de la Piniella, Pedro Sánchez y Félix Gavilán de El Diario de Marka, José Luis Mendívil y Willy Retto de El Observador, Jorge Sedano de La República, Amador García de la revista Oiga y Octavio Infante del diario Noticas de Ayacucho.

Junto con los hombres de prensa también fueron asesinados el guía Juan Argumedo García y Severino Morales Ccente un comunero uchuraccaino.

Esta matanza llevo a cabo dos investigaciones una de la comunicación investigadora de los sucesos de Uchuraccay nombra por el entonces Presidente del Perú Fernando Belaunde Terry que la nombre el 2 de febrero del 1983 y que fue presidida por el novel de la literatura Mario Vargas Llosa. La segunda investigación se dio a través de un juicio un proceso penal dilatado cuyo fallo fue emitido en el año 1987, esta sentencia condeno por homicidio a tres campesinos de nombre Dionisio Morales Pérez y Simeón Aucatoma, Mariano González y ordenó la captura de 14 campesinos que aún no han sido encontrados.

Asimismo, todo lo ocurrido solo hace responsable a los campesinos del lugar cuando no ha sido esa la realidad, este actuar hace que no exista una transparencia en el aparato estatal.

Es lamentable saber que hasta el momento existe mucha necesidad como el agua, electricidad, tampoco existe escuelas, ni infraestructuras necesarias para llevar una vida digna que permitan que sea una comunidad mejor desarrollada en estos tiempos. Después de 38 años de lo ocurrido no existen cambios para Ayacucho ahí nos podemos dar cuenta de la desigualdad que existe en nuestro país.

Muchos de los lugareños sobrevivientes abandonaron completamente Uchuraccay y se refugiaron en la selva, municipios vecinos y Lima. En octubre de 1993, parte de la aldea se refundó en nuevas casas erigidas a cierta distancia de la ubicación anterior.

Para finalizar podemos entender que, si en el Perú no damos una educación de calidad a los peruanos y no utilizamos la educación para fomentar ideologías o desconcertar ideas, solo estaremos buscando una división entre peruanos con el fin de que la educación no llegue a todos.