Wuhan, un año después: vuelve la normalidad, pero persisten las dudas sobre la gestión del Gobierno chino

El país también empezó a hacer test en amplias zonas de Pekín, que sumó tres nuevos casos en el distrito de Daixing y marca un total de 14 desde el pasado domingo.

Gran parte de la población mundial permanece socialmente aislada para evitar la propagación de covid-19. Pero después de meses de encierro en China, la gente está volviendo al trabajo.

China no se rinde ante la cantidad de rebrotes del SARS-CoV-2 que han ocurrido en diez meses, justo hasta la víspera del aniversario del cierre de Wuhan, producido el 23 de enero de 2020, cuando por primera vez en la historia se confinó de extremo a extremo a una urbe de 11 millones de personas durante 78 días.

Wuhan y sus aproximadamente 11 millones de residentes fueron confinados abruptamente el 23 de enero después de semanas asegurándoles que el virus era controlable, prevenible y no contagioso. El objetivo del confinamiento era limitar una mayor propagación de la enfermedad, que desde entonces se conoce como COVID-19 y que se ha extendido por todo el mundo y matado a casi 2 millones de personas.

Sin embargo, el recuerdo que el Partido Comunista Chino quiere que se guarde es sobre el gran esfuerzo que se hizo a nivel nacional para controlar el brote. La irrupción de personal médico y soldados del Ejército Popular de Liberación de las provincias de toda China, así como la respuesta de emergencia del Gobierno central después del 23 de enero reciben el mayor reconocimiento.

Hasta hoy el gigante asiático ha confinado a millones de personas en tres provincias del norte y lleva días superando los dos centenares de contagios diarios (incluidos los asintomáticos), la mayoría por transmisión local. Además, las alertas se han desatado por los casos que se focalizan en las provincias del norte, seis nuevos contagiados en Shanghái, bastante más al sur, así como el posible movimiento de infectados sin detectar.

A.M.G.A