Las ciudades en América Latina ya se vistieron de fiesta. Sus calles están adornadas con luces de distintos colores y ornamentos de madera, aluminio, cartón o vinil según la tradición de cada país, junto con árboles navideños de diferente tipo y tamaño. El tiempo corre. Ya se acerca la Nochebuena y, con ella, la cena en familia.
Para Latinoamérica al ser una región mayormente cristiana, la Navidad es una de las celebraciones más importantes del año. Un festejo cargado de gran significado religioso donde se conmemora el peregrinaje de la Virgen María y José, y el nacimiento de Jesucristo.
Asimismo, a pesar de que las tradiciones navideñas practicadas actualmente tienen origen en las costumbres españolas que llegaron al continente americano a través de la conquista, cada país en América Latina ha añadido su toque para dar pie a festejos únicos. A continuación, recorremos la zona en busca de los diversos festejos que dan vida y color a la temporada navideña en Latinoamérica.
Las posadas son el alma de las tradiciones navideñas en Guatemala. Así como también lo son los tamales (rojos o colorados, y negros), el ponche de frutas, los convivios con familiares, amigos o compañeros de trabajo, y la quema de fuegos artificiales.
En las comunidades de origen maya, se aprovecha la época para agradecer al corazón del cielo y al corazón de la tierra, al Ajaw. Se encienden velas rojas, amarillas, negras y blancas, que representan los cuatro elementos, la humanidad y el universo; y se colocan en el altar familiar junto a flores de la temporada.
En Costa Rica, además de los tradicionales encuentros familiares, se celebran tres fiestas en la época decembrina: la Misa de Gallo, las fiestas de Zapote y el Tope Nacional en San José.
La Misa de Gallo es en el día de Navidad. Las fiestas de Zapote se celebran en el fin de año. Zapote es un distrito del cantón de San José, situado al este de la ciudad, donde todos los años se construye una gran plaza de toros, se celebran las «corridas a la tica». El Tope es una cabalgata que se realiza por todo el país durante el año. El de la capital es el más espectacular de todos y ocurre el 26 de diciembre.
En Colombia, la Navidad da muestras de un gran fervor religioso. Comienza el 7 de diciembre, en la víspera del día de la Inmaculada Concepción, cuando los colombianos encienden velas y farolas para alumbrar el paso de las procesiones con la imagen de la Virgen María.
Bogotá, Medellín y Cali compiten por tener los mejores decorados junto con la exhibición de luces y juegos pirotécnicos. Luego continúa con la novena de Aguinaldos, acompañada de comidas y dulces típicos. En la Noche Buena la abundancia en la mesa es preponderante.
La ciudad de Panamá se viste de luces: hoteles, centros comerciales y restaurantes hacen galas de la decoración navideña. También las viviendas brillan con los llamados “foquitos”. Una semana antes de las fiestas, hay desfiles de bandas escolares y conjuntos musicales con atuendos navideños.
El día de Navidad tienen la tradición de asistir a la Misa de Gallo, que es el momento cumbre de las celebraciones navideñas. Luego, al regresar a casa, se hace una cena especial, mientras en fin de año, queman muñecos rellenos de fuegos artificiales que tienen distintos significados.
En República Dominicana, como en muchos otros países cercanos, la Misa de Gallo es la protagonista de la Navidad. Sin embargo, esta destaca porque se celebra en la Catedral Primada de América, la primera catedral construida en América y ubicada en la zona colonial de la capital dominicana, congrega la mayor cantidad de feligreses, tanto nativos como turistas.
En las oficinas se hacen intercambios de regalos, que llevan por nombre “angelitos”. Además de las cenas de Navidad y Fin de Año que se dan en los hogares dominicanos, la infraestructura hotelera de la isla se suma a la fiesta. Esta oferta es especialmente atractiva para quienes están de visita en la fabulosa Punta Cana.
En Venezuela, las tradiciones navideñas más coloridas se ubican en los estados Aragua y Carabobo, donde se celebran las Danzas de los Pastores. En los estados Zulia, Mérida y Trujillo tienen lugar las fiestas de San Benito. El 28 de septiembre, Día de los Santos Inocentes, tienen lugar las parrandas de los locos y las locainas.
Desde el mes de noviembre comienzan a escucharse las gaitas (género musical propio de esta época). Esto ocurre en todo el país, pero sobre todo en Maracaibo, con el inicio de la Feria de la Chinita (la Virgen de la Chiquinquirá) cada 11 de noviembre. Las misas de Aguinaldo o de Gallo aún se conservan en ciudades y pueblos. De más reciente data, están los encuentros en puntos como la Plaza Bolívar de Caracas o la de El Hatillo para recibir el nuevo año.
México celebra una rica Navidad, no en vano es la cuna de la famosa flor de Pascua. Entre las más conocidas están las Posadas: 9 días antes del 24 de diciembre, la gente acompaña en procesión a la Virgen María y a San José mientras buscan una posada donde pueda nacer el niño Jesús. Ese día, deciden cuántas Posadas celebrarán ese año y dónde se cobijaron María y José.
Otro de los momentos importantes es el de la piñata. El pañuelo que se ponen en los ojos a la hora de romperla simboliza la fe ciega. Además, por todo el país se celebran también las pastorelas, representaciones teatrales que escenifican el peregrinar de los pastores hacia Belén. Por último, y aunque en otros países de Latinoamérica no se celebran, los Reyes se festejan de forma similar a España, con Rosca de Reyes (nuestro roscón), incluido.
En Perú, cada año en Cusco se organiza el mercado de Navidad también conocido como Santuranticuy o venta de los santos, donde comerciantes de todo Perú se reúnen en la Plaza de Armas para vender sus productos religiosos, textiles navideños o comidas típicas.
En la ciudad peruana Ica, hay fuertes influencias de la comunidad afroperuana que ahí reside por lo que se lleva a cabo la «Navidad negra». Se trata de una representación del nacimiento de Jesús donde la mayoría de los actores son afroperuanos, si los participantes no son descendientes africanos utilizan máscaras para actuar en el evento.
En el cono sur del continente americano, la Navidad se vive bajo el sol del verano. Al ser un país con fuerte influencia europea, específicamente de Italia y España, los argentinos suelen reunirse en Nochebuena para disfrutar de un asado argentino y en la sobremesa suelen comer el clásico panettone. A la medianoche se congregan en la iglesia para la clásica «misa de gallo».
Para Año Nuevo, en algunas ciudades como La Plata y Mar del Plata, tienen la costumbre de crear un muñeco enorme de paja llamado Año Viejo, que queman al terminar las doce campanadas.
En Brasil, los brasileños también disfrutan del clima veraniego durante las festividades navideñas, por ello, sus tradiciones para la temporada también giran entorno a las actividades al aire libre y la convivencia familiar.
Desde hace 19 años, en Río de Janeiro se levanta el impresionante árvore de natal da lagoa, un árbol de aproximadamente 85 metros de altura que se coloca a mitad de la Laguna Rodrigo de Freitas que se ilumina por millones de luces. La celebración está coronada con fuegos artificiales que hacen que miles de turistas se den cita para disfrutar del espectáculo.
Por otra parte, la riqueza cultural de América Latina también luce en la mesa. La cena de Navidad, quizás uno de los encuentros más importantes del año para las familias latinoamericanas, cuenta con elementos en común como el pavo y la carne de cerdo. Sin embargo, cada país pone su sazón y sus recetas exclusivas para la noche del 24 de diciembre.
En Argentina comienza su cena con huevos rellenos, melón con jamón, empanadas y arrollados, para dar paso a su célebre asado. En Brasil no deja atrás su arroz y pollo a la brasileña para finalizar con un tronco de Navidad. En Bolivia degustan un delcioso picana, hecha con una combinación de carnes de res, cerdo, cordero y pollo, vino blanco, ají, pasas y verduras. En tanto, Colombia incluye los buñuelos y la natilla en su mesa y Chile celebra con su pan de pascua y la cola de mono: un ponche hecho con aguardiente, café, leche, azúcar y canela.
Además, en Cuba no se queda atrás con el congrí y los cuchifritos, como complementos del cerdo asado, y finalizan con flan al horno o con los pasteles de ron. En Ecuador se consumen mariscos en salsa y, como postre, pristiños (galletas de harina fritas bañadas con miel) acompañados de higos y queso. En Honduras celebra la Navidad también con sus rosquillas hechas de maíz y cuajada bañadas con miel de panela. Por su parte, en República Dominicana acompañan el puerco de puya con ensalada rusa y moro de gandules, que es arroz con verduras, legumbres y leche de coco.
En Perú, se celebra en familia con pavo o un lechón acompañado con puré de manzanas y arroz navideño, panetón y chocolate caliente. En Panamá comen su pavo con miel de caña y salsa china. En Puerto Rico incluyen en su mesa los pasteles de masa de plátano verde rellenos con carne de cerdo guisada con papas y pimientos; mientras que en Paraguay saborean su chipa guasu, una especie de soufflé salado hecho de maíz y queso, junto con su sopa paraguaya.
En Uruguay, por su parte, celebran con huevos rellenos, lengua a la vinagreta y parrillada. Mientras, Venezuela consumen su famoso pan de jamón, elaborado con aceitunas y pasas, así como con el asado negro y las hallacas.
Finalmente, los tamales también hacen presencia en las cenas de Navidad, con diferentes ingredientes y tamaños. Costa Rica elabora su tamal tico a base de masa de maíz blanco condimentada junto con una variedad de legumbres y carne de cerdo con ciruelas pasas. El Salvador acompaña el pavo horneado con tamales de gallina condimentados con salsa de tomate, aceitunas y especies.
Finalmente, en Guatemala también hace tamales colorados o negros rellenos de pasas, ciruelas, aceitunas y también con pollo, cerdo o pavo, que son acompañados con una ensalada de zanahoria con pasas. México también cuenta con una amplia variedad de tamales que acompañan a los tradicionales romeritos con salsa de mole, hecha con hasta 40 ingredientes que incluyen cinco tipos de chiles secos molidos, caldo de pollo, nueces, polvo de camarón, chocolate, azúcar, sal y comino.
Por último, Nicaragua luce en la mesa sus famosos nacatamales hechos con masa de maíz, verduras, aceitunas, arroz y carne de cerdo o res. Con esta variedad de recetas y unos villancicos para acompañar, las cocinas en América Latina estarán encendidas este 24 de diciembre para preparar uno de los encuentros familiares más esperados del año.
O.S.M.P.