Por: Gary León García
Periodista
La mezcla de ser rico y fanático de algún deporte, siempre la historia nos ha demostrado que es una mala combinación, sobretodo si quieres patrocinar a un deportista o algún club. Esto se los digo porque el que pone dinero para auspiciar, siempre quiere tomar las riendas de la administración sin importarle la opinión de un equipo de profesionales en el tema. Rompe todos los esquemas, planes de trabajo, objetivos, etc. Y convierte la inversión en un capricho más de los que ha tenido en la vida como tener un yate nuevo, un avión ó un equipo deportivo, total el dinero es suyo.
Pará ejemplo pongo al Real Madrid. Tenía un equipo sensacional con un jugador top, sin embargo, las cosas cambiaron cuando se encaprichó en tratar de contratar a Neimar y a devaluar a Cristiano Ronaldo. A partir de allí, el equipo se fue a pique.
Otro ejemplo desastroso fue el asesinato de David Shults, un luchador varias veces campeón olímpico, a manos del potentado y dueño de la cadena Dupont en Estados Unidos. Este, había formado un equipo de lucha al cual le denominó FOX y construyó en un rancho una villa olímpica para este deporte, con todas las comodidades y adelanto tecnológico. El problema radicaba en que el dueño quería ser entrenador del equipo, y también participaba en las competiciones de máster.
Por un tema de celos profesional, él mismo acabó con la vida de este ídolo.
El ejemplo más notorio en Perú, ha sido el mal manejo del equipo de Alianza Lima. Todos sabemos que en la pizarra había un planeamiento y un equipo técnico, pero la realidad demostró que detrás de esa cortina estaba EL FONDO BLANQUIAZUL, conformado por un grupo de empresarios fanáticos del club que al final fueron los que llevaron al club a la debacle.
Sin tener en cuenta las opiniones profesionales, hicieron un derroche de dinero en cambiar personal técnico, administrativo y de jugadores, comprando a jugadores ROTOS FÍSICAMENTE como Beto da Silva y Rodríguez. Por otro lado, fichando a otros con talento pero con 100%de indisciplina y 0 en profesionalismo como Gómez, Ascues y Deza. Asimismo, echando a sus referentes principales que lo habían llevado a varias finales y a torneos internacionales.
En resumen, al caviaron, nunca le va importar lo que opines y lo que sientas, al final solo es un equipo de fútbol que puede volver a comprar para darse un gustito como lo hace cuando se compra un jet, un yate, o una pequeña isla en el Caribe.