LA MORAL “TÉCNICA”

La manipulación de testigos y alteración de pruebas en un caso de tráfico de influencias, reconocido públicamente con mucho swing, puede ser grave delito, pero no algo que atente contra la moral.

Por: Francisco Ugarteche Domínguez
(Lima, 14 de septiembre 2020)

La última de las barbaridades que escuché de un abogado que se identifica como constitucionalista, es que la palabra moral es una palabra “técnica” y entonces los únicos que calificados para opinar respecto a su uso son ellos, los constitucionalistas.

Y ese argumento es otro más de los muchos que escuchamos en estos días para apartarnos a todos de la posibilidad de opinar y finalmente decidir sobre la suerte del país y de nuestras vidas.

Una vez más no somos iguales ante la ley, serán cuatro abogados, integrantes del tribunal constitucional, quienes decidirán qué es la moral y quienes como el presidente están o no en incapacidad moral para ejercer cargo público.

Así le escuché decir a otro “constitucionalista” ex presidente de ese tribunal, como si de pronto quienes dictan las leyes no fuesen los congresistas, sino estos señores del tribunal; como si la facultad de legislar hubiese sido trasladada a la casa de Pilatos.

Entonces no hay que ser mago ni adivino para anticipar lo que ocurrirá con el recurso de amparo anunciado por la ministra de Justicia, para esconder la inmoralidad que todos sabemos.

El delito de obstrucción de la justicia puede ser efectivamente delito, pero no falta moral.

Falsear la verdad, inducir a mentir ante la fiscalía y los congresistas que investigan, también puede ser delito, pero la interpretación “técnica” dirá que no es inmoral ¿?.

La manipulación de testigos y alteración de pruebas en un caso de tráfico de influencias, reconocido públicamente con mucho swing, puede ser grave delito, pero no algo que atente contra la moral.

La conducta de algunas personas, desnudada en esos audios es inmoral, como me dijo mi amiga Doris Sánchez, motivan vergüenza ajena debido a que muestran conductas incorrectas, aunque la ex secretaria, defendiendo el significado “técnico” de su apellido diga lo contrario.

Desde la primera comunión sabemos diferenciar qué está bien y qué está mal, que es bueno y qué es malo, qué es verdad y qué es mentira, pero ahora debemos prepararnos para tratar de aceptar que no es así.