España, como muchos países, se enfrenta ahora a las consecuencias económicas que dejó el brote de coronavirus. Frente a la difícil situación que enfrentan los pequeños comercios muchos han tenido que cerrar; no obstante, algunos han buscado fórmulas para subsistir e incluso fomentar la solidaridad entre ellos y hacia los demás.
Este es el caso de una tienda africana en el barrio de Lavapiés, en la ciudad de Madrid. Así, desde las 11:00 de la mañana, el negocio no deja de recibir a visitantes. Muchos de ellos no son clientes, sino personas que van por ayuda.
El negocio, que se dedica a vender moda y arte africano, ahora es una suerte de refugio, donde su dueña, Besha Sita Kumbu, da apoyo a cientos de familias: “Hay que estar loca para cambiar el mundo. Si lo crees, se cumple. Todo empieza desde la mente de uno“, comentó respecto a su iniciativa.
Cheik Diop es el vecino senegalés que confecciona casi cien mascarillas al día en la tienda de Besha, cuando están listas se intercambian por dinero o comida. Esto además se ha convertido en una fuente de trabajo para él: “Hace meses que no trabajo y estar aquí me ha salvado“, afirma.
A pesar de iniciativas como esta, en Madrid tras el confinamiento obligado por la pandemia, muchos comercios han cerrados y otros sobreviven a duras penas. Se calcula que la cifra de pequeños negocios que han cerrado sus puertas de modo definitivo podría alcanzar el 20 % del total.
K.S.C.
