Desde hace tres semanas los Hernández están en cuarentena en su casa. “La situación es difícil con la pandemia, porque somos una familia numerosa. Éramos 14, desafortunadamente ya quedamos 13”, declaró una integrante de la familia.
Los 14 miembros de la familia Hernández arribaron hace dos años con muchas esperanzas a Perú desde Venezuela, pero el coronavirus ahora puso en jaque sus sueños; el abuelo falleció y los demás miembros luchan por superar la enfermedad, dos de ellos están hospitalizados. “Creo que se me va la vida”, dice con dificultad a la AFP Wilmer Ramón Hernández, de 44 años, acostado en su casa del sur de Lima y conectado a un tanque de oxígeno para respirar.
Asimismo, su papá, Wilmer Arcadio Hernández, de 63 años, perdió la batalla contra el coronavirus el domingo 21 de junio mientras en Perú y en Venezuela se festejaba el Día del Padre. “Mi esposo cedió su oxígeno para su papá, pero lamentablemente ya había sufrido demasiado, el domingo a las tres y cuarenta de la mañana falleció”, comunicó la esposa de Wilmer Ramón, Ruth Delgado, de 37 años. A su vez “Nos tocó llorar en silencio para adentro como quien dice, ver al viejo que se nos fue”, añadió esta enfermera que en Perú no puede ejercer su profesión.
Además, manifestaron que les iba bien en su nueva vida de expatriados, así que confiaban en que iban a salir adelante hasta que los alcanzó la pandemia.”En las pruebas moleculares solamente hay seis positivos, pero sintomáticamente todos están positivos, desde la niña menor de seis años hasta el más adulto, que era mi suegro, que ya falleció”. Además “Poco a poco fueron cayendo los niños. Fueron cayendo uno a uno, fue cambiando todo en el hogar. Ahora el que está más delicado es mi esposo”, sostuvo Ruth a la AFP
Por otro lado, comentó que, nadie los visitaba, salvo un médico y una enfermera del Seguro Social de Salud, que acuden a la casa cada dos días para examinarlos y darles tratamiento. “La situación es difícil con la pandemia, demasiado difícil, porque somos una familia numerosa. Éramos 14, desafortunadamente ya quedamos 13”, dice Ruth. “Aquí estamos sobreviviendo a cada noche, que es terrible”.
Aunque los Hernández ya no pueden salir a trabajar, gastaron 440 dólares en alquilar un tanque con oxígeno para Wilmer Ramón, el más grave de todos tras el deceso del abuelo. El dinero lograron conseguirlo gracias a las donaciones de sus amigos. “Se me tranca el pecho y empiezo a perder el conocimiento, (es) algo muy fuerte el dolor en la espalda. Me siento muy mal por las asfixias, a veces creo que no las voy a tolerar”, expresó. “Uno dice si voy a amanecer o no voy amanecer, o en cualquier asfixia voy dejar de respirar. Eso es lo que más me preocupa y la impaciencia de no contar con el oxígeno. Ya perdí a mi papá por falta de oxígeno”, agregó.
Unas horas después de que Wilmer Ramón hablara con la AFP su condición de salud se deterioró. Lo mismo sucedió con su hijo mayor, Wilmer Jesús, de 25 años por lo que ambos ambos fueron trasladados a hospitales de la zona sur de Lima por indicaciones médicas. Finalmente, el padre fue internado en el hospital de Villa El Salvador y el hijo en el hospital de emergencia para pacientes con coronavirus habilitado en la Villa Panamericana de Lima, donde se hospedaron los deportistas de todo el continente durante los Juegos de 2019. Por ahora, Wilmer Ramón permanece en la unidad de cuidados intensivos.
O.S.M.P.
