Las autoridades de seguridad de El Salvador, en acuerdo con el gobierno, impusieron ayer jueves 7 de mayo, a través de un comunicado, una cuarentena “absoluta” y “rígida”, en todo el país, con la finalidad de frenar la propagación del COVID-19 y evitar el colapso de su sistema sanitario.
Por tal motivo, y para hacer efectivo en su totalidad este confinamiento, entró en vigor una ley aprobada por el Congreso que autoriza al Ejecutivo a detener y confinar en “centros de contención” a las personas que supuestamente violen la cuarentena en su domicilio.
“Con todos sus defectos, con todas sus imperfecciones, con las molestias que genere, con los ataques que le hagan, en esta cuarentena nos jugamos el futuro de nuestro país y la salud y las vidas de nuestras familias”. señaló el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, en sus redes sociales.
La máxima autoridad salvadoreña, advirtió desde el pasado 3 de mayo que el país centroamericano se encuentra en la etapa de máximo contagio comunitario, por lo que presume que su sistema sanitario podría colapsar si no se toman las medidas oportunas. El Salvador se encuentra en cuarentena domiciliar obligatoria desde el 21 de marzo pasado.
Por otro lado, las autoridades han decidido asignar a los ciudadanos dos días a la semana para poder salir a hacer sus compras de alimentos, así como medicamentos necesarios de acuerdo con la terminación de su número de identidad.
Este país registró el miércoles pasado su decimoquinta muerte a causa del COVID-19, mientras que los contagios se elevaron un 9,8 %, hasta los 695 casos, de acuerdo con datos el Ministerio de Salud.
K.S.C.
