Argentina: pastor religioso es denunciado de vender alcohol en gel “milagroso” que cura el COVID-19

Mil pesos argentinos era el precio que costeó el reconocido predicador por el producto que tiene una gran demanda en el país albiceleste.

Héctor Aníbal Giménez de 63 años apareció en una grabación vendiendo alcohol en gel en alto precio. Foto: Eitan Abramovich / AFP

El famoso telepredicador argentino, Héctor Aníbal Giménez, fue denunciado el pasado miércoles ante la justicia de su país por vender a exorbitantes precios alcohol en gel. El pastor estaba en el  Templo de Ondas de Amor y Paz, ubicada en el barrio de Almagro de la ciudad de Buenos Aires, asegurando a sus adeptos que el desinfectante tenía “poderes curativos” ante el coronavirus.

La denuncia trascendió cuando se empezó a compartir la grabación de Giménez en el momento que vendía el gel a sus adeptos. En su sermón, él sostenía el producto desinfectante en su mano mientras decía que con eso vencería el coronavirus y la misma muerte. Además agregó que tan solo le quedaba 12 envases del alcohol en gel, por lo que advirtió: “Esperen un segundo porque si vienen hasta acá es porque vas a dar mil pesos (casi 16 dólares), así que no te apures”.

El costo que dispuso el pastor sobre su producto, está yendo en contra de lo decretado por el gobierno de Alberto Fernández quién ordenó retrotraer los precios del alcohol en gel tal y como estaba el 15 de febrero y congelar su valor durante 90 días. La medida surgió a raíz del aprovechamiento de varios comerciantes al vender estos desinfectantes a alto precios, tal y como lo hacía el predicador Giménez quién lo costeó hasta más de 10 veces su valor original.

Matías Michienzi, fiscal del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, tomó el testimonio de una abogada quién inició la denuncia en contra del pastor Giménez. El predicador habría violado el artículo 208 inciso 1 del Código Penal que sanciona este delito con prisión de 15 días a un año. Hector Anibal se defiende diciendo que el gel serviría para ungir a sus discípulos y el elevado precio era justificado como una colaboración a su iglesia.   

J.D.L