Es común oír que a nosotros los periodistas los temas nos van y vienen, que solo nos limitamos a publicarlos, y a veces lamentablemente tomar partido por uno u otro bando en disputa. La verdad es que en la sucesión de acontecimientos que hemos vivido en el país, se ha podido comprobar una vez más que los periodistas sufrimos los mismos males de la sociedad, al igual y creo hasta más que cualquier ciudadano.
Y ahora, mientras dura la agonía gracias a lo que se sabe, y aún falta conocer por el fenómeno de la corrupción política en nuestro Perú, quienes creemos en el periodismo como método y no como recurso, también estamos sufriendo un proceso de intensa auto interpelación.
En esa perspectiva, es obligado asumir el desafío de autoevaluarnos respecto al trabajo que realizamos, con mayor razón a horas de despedir el 2019, con lo bueno y malo que representó, reconocer la necesidad de impulsar entre nosotros procesos de capacitación permanente, porque los cambios son vertiginosos y nos exigen mayor investigación y esfuerzo, de manera que evitemos que nos rebasen y optemos en algunas oportunidades por el facilismo o el sensacionalismo, rompiendo principios éticos y estéticos fundamentales para el buen ejercicio del oficio.
El periodismo debe reciclarse en estos nuevos tiempos, manteniendo la premisa de que lo que hacemos o no hacemos afecta a la ciudadanía en general, por lo que requerimos, insisto, es recuperar con convicción la noción de que nuestra tarea fundamental es buscar la verdad para difundirla en la sociedad, y no utilizar el oficio para servir a intereses parciales, por más legítimos que creamos que estos sean.
Está claro que para afrontar el futuro inmediato del periodismo, y del nuestro en esa dinámica, debemos obligatoriamente preservar los valores clásicos del buen ejercicio periodístico, convertir a la tecnología en una aliada, y conseguir que la ciudadanía mantenga y refuerce la confianza en nuestro trabajo, para nosotros así poder seguir ejerciendo el oficio de informar.
Aprovechemos la llegada del 2020 para repensar el periodismo, y que el año que viene sea solo de buenas noticias.
José Briceño Abanto.