El día de ayer, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, detuvo a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán, exlíder del cártel de Sinaloa. Esto ocasionó que durante varias horas la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, se convirtiera en una zona de guerra con balaceras e incendios a vehículos.
En las redes sociales se pudo ver los enfrentamientos vividos entre policías, militares y sicarios, los cuales utilizaban armamento de alto poder debido que muchos de los cárteles poseen armamento igual o mejor que el Estado.
Ante el caos provocado, en las calles de México, y la diferencia de fuerza entre los militares y sicarios, el Gobierno decidió rendirse ante estos y liberar a Ovidio. “Era lo mejor para proteger a nuestros ciudadanos, desde un principio declare que en mi gobierno no se iba a alterar la paz”, declaró López Obrador.
Recordemos que cuando AMLO estuvo postulando a la presidencia prometió terminar con la guerra contra el narcotráfico. Asimismo, aseguró que retiraría el Ejercito de las calles y, además, de que devolvería la paz a México, país sumido en la violencia y dominado por los cárteles.
J.P.P.