Como si fuera una amenaza, un tuit del presidente estadounidense, Donald Trump, decía que si Turquía decidía atacar el norte de Siria donde se encontraban refugiados los kurdos, este arrasaría por completo con su economía.
Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, atacó dicha zona afectando también a militares estadounidenses, los cuales aún no habían sido evacuados. Ante esto, a pesar de que Turquía ha sido un fuerte aliado de Estados Unidos tanto militar como económicamente, Trump ha decido empezar a cortar vínculos con Turquía.
Actualmente, el país turco cuenta con el segundo ejército más grande de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y, además, contiene cincuenta bombas nucleares estadounidenses. Estas fueron almacenadas ahí desde la guerra fría y poseen un gran poder destructivo, aunque Turquía no tiene aviones certificados para lanzarlas.
De acuerdo con el alto funcionario estadounidense citado por The New York Times, retirar las bombas significaría el cierre final de la alianza entre Estados Unidos y Turquía; sin embargo, mantenerlas ahí podría ser perjudicial para las naciones.