Para que un juego perdure en el tiempo, es necesario que las compañías se esfuercen en los títulos que la componen sean de una calidad excelente, lo suficiente para que los seguidores puedan pasar horas discutiendo sobre qué es lo mejor, cuando lo cierto es que pocos son sobresalientes.
Nintendo es un claro ejemplo de los juegos que perduran en el tiempo como, Súper Mario, Metroid, Donkey Kong, Zelda. Eso es lo que propone a los jugadores “The Legend of Zelda: Link’s Awakening”.
Se trata de una copia hecha desde cero con mejores gráficos del original lanzado en 1993 para Game Boy. A pesar del transcurso de los años, el título sigue siendo recordado con mucho cariño por los que se iniciaron en el mundo de los videojuegos con el primer portátil de Nintendo en la mano.
La historia trae de vuelta a Link, el héroe de la saga, después de los acontecimientos que tuvieron lugar en el “Zelda: A Link to the Past” de Súper Nintendo (1991), en esta ocasión el joven guerrero naufraga en una isla de la que no podrá escapar hasta que no consiga despertar al Pez Viento, que descansa en un enorme huevo que se halla en la cumbre de una montaña.
El encanto del juego reside precisamente en que a diferencia de otras propuestas más recientes el jugador nunca va a encontrar en el mapa una gran X que marque el lugar al que se tiene que dirigir. Se ve obligado a moverse por su mapa, entrar en las casas y hablar con la gente que encuentre por el camino.
Asimismo, todos cuentan con puntos débiles, por lo que una vez se descubre, es solo cuestión de explotarlo. El mapa en el que transcurre la historia no resulta demasiado grande, se puede recorrer de punta a punta en unos pocos minutos, siempre y cuando se sepa cómo sortear los obstáculos que lo salpican. Y es ahí donde el juego se vuelve especialmente exigente.
T.V.M
