Hace más de dos siglos que Alexander von Humbolt, en su expedición por América, observó un comportamiento anómalo en las aguas del mar en el que navegaba en su recorrido hacia Ecuador, por lo que decidió registrar la temperatura y velocidad de la corriente, comprobando que el agua en esta zona del Pacífico era más fría en comparación a otros océanos
Hoy gracias a estudios científicos se conoce que la corriente de Humbolt, o también llamada corriente de Perú, es en su viaje con dirección de sur a norte, donde produce un movimiento en el cual la tierra empuja las profundas aguas heladas del Pacífico, emergiéndolas hacia la superficie, impactando a los ecosistemas costeros.
Es por ello que lugares como el desierto de Atacama, en Chile, las bajas temperaturas se deben a la sequedad que genera la corriente como parte de su clima, al igual que en Perú, cuyas regiones que podrían presentar climás mucho más tropicales, son más bien secos y áridos.
Pero no todo sería negativo, pues este perenne fenómeno ha beneficiado a una gran cantidad de animales marinos, que se alimentan gracias a las aguas heladas ricas en plancton, lo que convierte a esta zona del Pacífico en el ecosistema marino más rico del planeta, la cual atrae a especies más grandes.
Cabe acotar que según información de la Organización de la Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), la corriente produce más peces que otro sistema marino, donde se calcula que un 6 % de la pesca global, maneja un negocio de USD 20 millones al año.
Para el el biólogo Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, la corriente de Humbolt es vital tanto para la economía, como para la naturaleza, por lo que se debe proteger su ecosistema, el cual viene siendo afectado por el cambio climático.
K.V.C.