
Investigadores franceses establecieron un plan, donde nuevas moléculas puedan eliminar las bacterias resistentes a los tratamientos existentes. Y las nuevas evoluciones en este tipo siguen siendo ineficaces, hasta la llegada de «candidatos prometedores al desarrollo de nuevos antibióticos».
Una publicación en la revista estadounidense Plos Biology, donde los resultados en los roedores fueron probados, según la investigación. Pero todavía se debe probar en humanos, con soporte de pruebas clínicas, aportado por el conjunto de químicos y bioquímicos del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica francés (Inserm) y de la Universidad de Rennes.
«Nos dimos cuenta de que una toxina fabricada por los estafilococos dorados, cuyo papel era facilitar la infección, era también capaz de matar a otras bacterias presentes en nuestro organismo», manifiesta Brice Felden, principal autor del estudio, en un comunicado.
La modificación de la molécula a cargo de los científicos trata de suprimirse la toxicidad que afecta al organismo. Pero, también, conservando las propiedades antibacterianas.
De una creación de aproximadamente veinte moléculas, dos resultaron eficaces para tratar a ratones infectados con cepas resistentes de estafilococo dorado y de pseudomonas aeruginosa, bacteria que causa infecciones nosocomiales (adquiridas durante una hospitalización).
La actividad antibacteriana de estos compuestos se debe en parte a su capacidad de provocar una permeabilidad de la membrana de las bacterias infecciosas, lo que conlleva su muerte. Es nula la toxicidad encontrada en las otras células ni órganos, «ya sea en el animal o en células humanas», aseguran los investigadores.
Sin embargo, las bacterias en contacto con estos antibióticos no desarrollaron ninguna resistencia a esta nueva creación. Denotando la conclusión de los científicos que crearon condiciones favorables al desarrollo de estas resistencias.
«La prudencia sigue imponiéndose en este punto ya que la experiencia fue realizada en plazos cortos, hasta 15 días», propone el texto.
«Creemos que estas nuevas moléculas representan candidatos al desarrollo de nuevos antibióticos, que pueden aportar tratamientos alternativos a la resistencia de los antimicrobianos», aprecia Felden.
El aumento de este desarrollo, hace que la antibiorresistencia atrasa la eficacia de algunos tratamientos existentes. «Constituye una amenaza creciente para la salud mundial», afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según un estudio británico, este fenómeno podría causar 10 millones de muertes por año de aquí a 2050.
J.P.L.O.