La contadora Nuril Maknum de 41 años, trabajaba a tiempo parcial en el colegio Senior High School en Mataram, una sociedad que se caracteriza por ser religiosamente conservadora. Pero cansada de ser acosada por su jefe, que lleva el único nombre de Muslim, decidió grabar una llamada subida de tono. Sin embargo, la Corte Suprema de ese país, en vez de resguardar la integridad de la víctima, la condenaron a pasar al menos 6 meses en prisión por distribuir material obsceno.
Maknum cuenta que Muslim la acosaba desde el año 2013, en el que el agresor asumió el cargo de director en la escuela donde trabajaba. El acoso se suscitaba mediante un lenguaje explícito, la incitaba a tener una aventura amorosa e incluso se corrió el rumor de un supuesto affaire entre los dos. El hombre luego de enterar se la denuncia, intentó limpiar su nombre denunciándola por difamación criminal y así fue que consiguió que sea arrestada y encarcelada por los 6 meses.

Así mismo, un panel de tres jueces la declaró culpable e impuso una sentencia de 6 meses y una multa que bordea los $35 000. Si ella no paga el monto, deberá cumplir otros tres meses en prisión. «Yo, como mujer, debería estar protegida, pero luego fui yo quien se convirtió en la víctima. La gente debería saber que cuando nos acosas, no hay lugar para refugiarnos», dijo en una entrevista telefónica a The New York Times.
Este caso trascendió hasta que llegó al Poder Ejecutivo de Indonesia y el Presidente Joko Widodo anunció que se podría considerar concederle el indulto a Nuril Maknum.
L.A.C.