Estar en línea y olvido del exterior

POR: José Guadalupe Llerena Silva

Quiero confesar que me gusta la tecnología, pero no soy de los que se desesperan o hacen cola para comprar un aparato de última generación. Tengo dos celulares; un androide y un onetouch ALCATEL. También sigo Facebook y Twitter; mi entretenimiento mayor es el Instagram y chateo en WhatsApp 

Por todo esto me he extrañado agradecer al mundo científico que me ha dado la oportunidad de pertenecer al adelanto de la tecnología, porque me ahorra tiempo precioso que podría haber dedicado a mi familia y a mí mismo. Me conecto con el mundo exterior sin importar la distancia. Puedo mandar cariños con un símbolo o un dedo pulgar para arriba. Quiero la tecnología más que mis seres queridos, nativos digitales que se olvidan qué aún existe el teléfono fijo. 

Pero también, este adelanto me pone melancólico, no mi celular sino como se los está usando. Por todo lado abundan, en las reuniones, en clase, caminando, incluso en los funerales se chatea, se chequea el correo o Facebook.

Todos los día por las calles, lucen enormes o minúsculos audífono que llevan a sus oídos de todo, menos el sonido del ambiente, nos hace creer que vivimos en conectados con los otros, pero es lo contrario. Nos escondemos de ellos, de sus palabras.

El hombre se asusta a la soledad y los adelantos tecnológicos nos dan la falsa sensación de que vivimos, opinan la mayoría de sociólogos. Solo hay que darnos cuenta a nuestro alrededor para confirmarlo, si alguien se siente solo en algún lugar, inmediatamente aparece el pánico y echa mano al celular para demostrar que no está solo.

Quiero aclarar aquí el valor de la soledad y el silencio. Debemos enseñar a nuestros semejantes a no tenerles miedo, animarlos a crear esos momentos. Puede ser con una buena lectura, digital o papel. Esto abrirá espacio al silencio, y esto, al camino hacia otros rumbos que les ayudará a construir un rumbo propio.Narrarles que el pavor a la soledad solo da pie a la curiosidad por descubrir quién es ese ser especial que llevamos dentro. Enseñarles a estar solos y en silencio es la mejor forma que podemos entregarles para que jamás experimenten la verdadera soledad.