Los nombramientos ministeriales anunciados por la primera ministra, Najla Bouden, llenaron un vacío que persistía desde que el presidente, Kais Saied, destituyera abruptamente a su gabinete y suspendiera el parlamento hace 11 semanas, concentrando todos los poderes ejecutivos. Sus críticos han comparado sus acciones con un golpe de estado en la nación norteafricana.

Bouden, nombrada el 29 de septiembre por Saied como la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Túnez, dijo durante la ceremonia de juramento de sus nuevos ministros que su principal prioridad sería la lucha contra la corrupción.

El nuevo gabinete de 24 ministros cuenta con un número sin precedentes de 10 mujeres, incluida la primera ministra. Entre ellas se encuentran Leila Jaffel, en el Ministerio de Justicia, y Sihem Boughdiri Nemsia, nombrada de nuevo ministra de finanzas.

Saied había prometido previamente un nuevo gobierno en julio. Pero luego suspendió parcialmente la constitución el 22 de septiembre y se dio a sí mismo el poder de gobernar por decreto. Ha argumentado que Túnez está en crisis y ha calificado las medidas de temporales, aunque dijo el lunes que “seguirán en vigor mientras el peligro sea real”.

Las protestas a favor y en contra de Saied han concentrado a miles de personas en las últimas semanas. El domingo, miles de manifestantes se reunieron en el centro de Túnez para protestar por la consolidación del poder de Saied.

Saied ha dicho que pretende salvar al país de una crisis económica, política y sanitaria. El mes pasado, se dio a sí mismo el poder de gobernar por decreto y suspendió parcialmente la constitución de 2014.

Las acciones de Saied han resultado muy populares entre quienes lo ven como un luchador contra la corrupción que se enfrenta a las muy odiadas élites políticas del país. Sin embargo, a otros les preocupa que sus acciones supongan un retorno a la autocracia contra la que se rebelaron los tunecinos en 2011, dando lugar a lo que se conoce como la Primavera Árabe.

En las últimas semanas, miles de tunecinos han organizado manifestaciones de protesta cada fin de semana. Este domingo, la multitud estaba compuesta predominantemente por hombres y mujeres de mediana edad, muchos de ellos seguidores de los partidos islamistas de Túnez que han sido marginados por las medidas de Saied.

Varias pancartas decían “¡Salvemos nuestra democracia!” y “¡El pueblo quiere la destitución del presidente!”. Una mujer sostenía una pancarta en la que se leía: “¿Has visto alguna vez a un presidente llamando insectos a su pueblo?”, en referencia al discurso de Saied del sábado en el que llamó “insectos” y “demonios” a los manifestantes del domingo.

M.A.N.