Tony Blair autorizó el bombardeo de Irak en 1998 a pesar de saber que sería ilegal, sin la aprobación de la ONU

Los asesores legales británicos lo notificaron insistentemente al entonces primer ministro Tony Blair, quien ejerció de primer ministro de 1997 a 2007, antes de la operación Zorro del Desierto perpetrada en 1998, pero él dijo que tenía "la autoridad legal adecuada".

Foto: Tony Blair y Bill Clinton en la Casa Blanca, en Washington, EE.UU., el 5 de febrero de 1998.

El ex primer canciller británico Tony Blair fue informado por los asesores legales durante más de un año, antes del bombardeo de Irak en 1998, de que el uso de la fuerza en este país árabe solo sería legal si se aprobaba una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, informa el portal de investigación periodística Declassified UK con referencia a documentos británicos desclasificados de los Archivos Nacionales del Reino Unido.

Asimismo,los documentos británicos desclasificados muestran que Blair , bajo el pretexto de degradar la capacidad de Irak para almacenar y producir armas de destrucción masiva, ya estaba decidido a emprender acciones militares contra Saddam Hussein a lo largo de 1998 incluso con la ausencia de argumentos legales que lo acrediten.

Además, la campaña de bombardeos de Irak por parte del Reino Unido y EE.UU., conocida como operación Zorro del Desierto y que transcurrió entre el 16 y el 19 de diciembre de 1998, fue autorizada por Londres y Blair dijo al Parlamento británico que no tenía “ninguna duda de que” el Reino Unido gozaba de “la autoridad legal adecuada”.

De acuerdo con el portal periodístico Declassified UK concluye que esa desestimación por parte del ex primer ministro británico de las objeciones legales a su campaña de bombardeos de 1998 se convirtió en el precursor directo de su postura sobre la invasión de Irak cinco años después, en el 2003, que también se consideró ilegal. Entonces, el Reino Unido y EE.UU. también se basaron en la Resolución 678 de la ONU, un remanente de la Guerra del Golfo aprobada en 1990, que tampoco autoriza explícitamente el uso de la fuerza, por lo que “el argumento del Reino Unido era falso”.