Ricardo Sánchez Serra
El Nuncio Apostólico, monseñor Nicola Girasoli, otorgó la medalla pontifica Papa Francisco al monseñor Germano Penemote, ministro-consejero, al término de su misión diplomática en el Perú.
En una sencilla ceremonia, que se realizó en el local de la Santa Sede, de la Av. Salaverry, en Jesús María, el monseñor Girasoli expresó que era un momento triste. “Sabemos los que prestamos servicio diplomático que somos peregrinos, siempre estamos en movimiento. Los ministros consejeros están en un país tres años y con el tema de la pandemia no ha dado la oportunidad de hacer mucho, pero igual se trabajó muchísimo. Nos ponemos siempre en manos de Dios. La Nunciatura está muy agradecida con monseñor Germano, que en lo que hacía, ponía mucho corazón”, afirmó.
Adelantó que el monseñor Penemote se dirigirá a Bucarest a cumplir una nueva misión diplomática.
“Cuando se trabaja bien -agregó el Nuncio- la mejor manera de agradecerle es otorgarle una medalla pontificia del Papa Francisco y desearle todo lo mejor en su nuevo servicio a la Santa Sede”.
Por su parte, el obispo de Chiclayo, monseñor Robert Prevost, obispo de Chiclayo, en nombre de la Conferencia Episcopal Peruana, elogió el trabajo del monseñor Penemote y le expresó la gratitud y el sentimiento de todos los obispos, de construir puentes y ser promotores de la unidad, a la vez que destacó la labor de estar viajando cada tres años de continente en continente para cumplir el profundo compromiso de servir a la Iglesia.
A su vez, el monseñor Penemote señaló que su destino en Rumanía será su séptimo servicio diplomático a la Santa Sede. Agradeció al monseñor Girasoli “por todo”. Dio también las gracias a las Hermanas Canonesas de la Cruz y a todo el personal de la Nunciatura. “He aprendido mucho con ustedes”, dijo.
Pidió, asimismo, que recen por él, que rezará también por todos los asistentes que le brindaron su apoyo y amistad.