La abogada Adila Hassim, en representación de Sudáfrica, presentó cifras desgarradoras, citando más de 23,000 palestinos muertos,siendo el 70% de ellos mujeres y niños, además de 60,000 heridos y miles más desaparecidos, según datos de autoridades gazatíes y de Naciones Unidas.
Blinne Ní Ghralaigh, otra representante sudafricana, sostuvo que lo que ocurre en Gaza es «el primer genocidio de la historia en el que sus víctimas retransmiten su propia destrucción en tiempo real, con la desesperada y hasta ahora vana esperanza de que el mundo pueda hacer algo». Aseguró que ciudades enteras y campos de refugiados están siendo borrados del mapa, mientras que un 93% de la población presenta niveles críticos de hambre.
Ante tales acusaciones, la defensa de Israel ante la CIJ argumentó que las acciones de las Fuerzas de Defensa israelíes son parte de una guerra de autodefensa contra Hamás, organización clasificada como terrorista por naciones de los Estados Unidos de América y la Unión Europea. Asimismo, Tal Becker, asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, la intencionalidad genocida, destacando que Israel está en guerra contra Hamás y no contra el pueblo palestino.
Ante este complejo escenario, la concesión de medidas provisionales por parte de la Corte Internacional de Justicia podría cambiar la situación sobre el terreno. El tribunal se enfrenta a una decisión histórica que puede terminar con el conflicto arabe-israelí.
