La celebración por el Día del Periodista en el Perú nos invita a hacer una reflexión sobre el rol de las mujeres y hombres dedicados a la prensa, y también porque no a reinventar el informar, investigar y fiscalizar al poder cualquiera sea su origen, a pensar esos conceptos desde otras perspectivas, asumiendo nuevos retos y compromisos, en otras palabras, a construir otro tipo de periodismo.
Que este 1 de octubre sirva como referente para nunca olvidar que lo esencial en el periodista es su lucha por la veracidad y la independencia, siendo necesario y obligatorio para ello poner los reflectores ahí donde los malos funcionarios públicos, los políticos venales, los empresarios arbitrarios y los negociantes de prebendas quieren mantener las cosas bajo un manto de obscuridad e ignorancia. Ahí donde el abuso de poder, cualquiera que sea su origen o dirección ideológica o política se dé. En gran medida la batalla del periodista es por un mundo más humano, más transparente y con menos abuso por parte del poder, aunque en lo inmediato su tarea es informar, ejerciendo el derecho constitucional a la libertad de expresión y opinión, así como aportando al cumplimiento del derecho del ciudadano a estar informado.
Lamentablemente en el Perú todavía se cuentan numerosos casos donde muchos de los fiscalizados, sean personas naturales o instituciones, jamás desean que haya una prensa libre y por eso complotan de mil formas contra los periodistas decentes. Asimismo, recurren a amenazar a los medios de comunicación donde trabajan los periodistas más valientes y dignos. Esas fuerzas oscuras quisieran que a ese tipo de periodistas nadie los contrate. También recurren a intimidarlos con cartas notariales cuando no a abrirles denuncias penales, como las querellas por difamación que en su gran mayoría solo sirven para llenar los anaqueles de los juzgados ya que generalmente son infundadas.
Necesitamos volver a entender que el periodismo es una clase de comunicación colectiva, de índole informativo y opinativo, que responde a una clara función social: la necesidad que todo hombre tiene de estar informado y de saber cuanto ocurre, se idea y opina en el mundo. Desde esa perspectiva volveremos a dejar establecido que el derecho a la información es un derecho natural y personal, ya que incide directamente en el perfeccionamiento del hombre y es exigencia de su dignidad de persona humana. Finalmente, el periodismo debe estar consagrado a servir a ese derecho.
Este 1 de octubre, día del periodista, renovemos nuestro espíritu, nuestro trabajo y nuestra voluntad para mantener informados a nuestros compatriotas y para seguir siendo la columna principal de la libertad y la democracia. Asumamos ese reto como hombres y mujeres de prensa, hagámoslo como miembros de la Federación de Periodistas del Perú.
José Briceño Abanto.